Ni os imagináis, queridos lectores de estas Romanzas, la cantidad de música que se ha escrito acerca del agua, del rumor de las fuentes, de la belleza de los ríos, del sonido de la lluvia. Hablo de la música acuática de Haendel, de la música descriptiva de Vivaldi o Beethoven, del hermoso vals de Strauss "El Danubio azul", del acuario de Saint-Saëns. "Que llueva, que llueva, la virgen de la cueva..." cantaba yo de pequeña pisando bien los charcos, para desesperación de mi madre. Si uno no ha pisado nunca un charco mientras canta algo le falta, ya os lo digo yo.
Pero aparte de la música escrita está la música misma de la naturaleza que a mí me emociona e impresiona cada vez más. La torrentera que se deshiela en primavera, el sonido de una cascada cercana cuando se pasea por el bosque, las gotas de agua chocando contra el suelo, la tormenta atronadora. Una vez más, la vida misma se nos impone como modelo y referente a la hora de disfrutar. Nada como un vaso de agua fresca un día de calor pero ¿y si nos detenemos también a oir el agua? ¿Qué me decís de olerla? ¿de sentirla?
"¿Por qué tengo que callar?, ¿qué quieres oir?
La lluvia tras la ventana" (Calla un momento, Hanna Johansen y Jacky Gleich, ed. Lóguez)
"¿Por qué tengo que callar?, ¿qué quieres oir?
La lluvia tras la ventana" (Calla un momento, Hanna Johansen y Jacky Gleich, ed. Lóguez)
Ya sé que el agua es insípida (sin sabor), incolora (sin color), inodora (sin olor). Pero eso no quiere decir que no afecte a nuestro sentidos de formas sutiles y exquisitas: el olor del amanecer cuando ha llovido por la noche, la fragancia de las flores frescas cubiertas de rocío, la reflexión de la luz sobre esas gotas que brillan como diamantes, el frescor y alivio del vaso que se nos ofrece cuando estamos sedientos. Hace muchos años, durante un viaje de estudios con mis compañeros del conservatorio, construimos un "cristalófono" a base de llenar botellas vacías con diferentes niveles de agua, hasta que las afinamos. Luego alguien me dió un beso, pero eso ya os lo contaré cuando lleguemos a la letra B. De momento, mira al cielo y fíjate en las nubes. Cecilia.
Hay muchas más canciones de las que pensamos compuestas sobre el agua o en torno a ella. Un ejemplo es la cantiga “Ondas do mar de Vigo”, de Martín Codax. En ella una mujer desea que las olas que rompen contra los acantilados sepan las respuestas a las preguntas sobre su amado. Nerea, Tercero ESO
Hay muchas más canciones de las que pensamos compuestas sobre el agua o en torno a ella. Un ejemplo es la cantiga “Ondas do mar de Vigo”, de Martín Codax. En ella una mujer desea que las olas que rompen contra los acantilados sepan las respuestas a las preguntas sobre su amado. Nerea, Tercero ESO