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domingo, 25 de abril de 2021

H DE HILO, DICCIONARIO DE MÚSICA Y EMOCIONES

 

De manera sencilla os recuerdo que los sonidos se ordenan horizontalmente para formar ideas melódicas, que son como los hilos de un tejido. La RAE define "hilo" como la hebra larga y delgada que se usa para coser. Pero un "hilo" es también  el curso o evolución de una cosa, especialmente del discurso o del pensamiento: el hilo de la vida, de la película, de la charla. Seguir, perder, cortar, retomar el hilo, son expresiones comunes en nuestro idioma (1)

El hilo musical es la melodía. Pero raras veces la melodía suena sin acompañamiento de ningún tipo. Puede ocurrir cuando la música busca un estado espiritual elevado y sin distracciones, como pasa con el Canto Gregoriano. Cantan muchas personas a la vez, pero todas cantan lo mismo, como niños que recitan juntos las tablas de multiplicar. No es lo más habitual. En la música, como en la vida, sucede que los discursos o hilos se yuxtaponen y se combinan de forma simultánea.

Una de los aspectos técnicos más interesantes del lenguaje compositivo es aprender a agregar dichas melodías o hilos. En la época clásica el propósito era obtener un resultado equilibrado y más bello. Desde comienzos del siglo XX,  el objeto es lograr un resultado más interesante. Componer requiere ese acuerdo entre mensajes distintos porque si las melodías disputan sin orden entre sí el resultado se llama ruido. Para evitar que esto ocurra surgen los estudios de Armonía,  de los que ya he hablado alguna vez (2) 

Cuando nos abrimos al mundo sucede lo mismo: que nuestras ideas se mezclan con las de los demás. Escuchando los broncos debates con que los políticos nos deleitan estos días, me parece a mí que un poco de estas técnicas no les vendrían mal. Bien está tener ideas propias y defenderlas con convicción. De eso a inflamar el espacio público con tácticas de tierra quemada que no dejan espacio alrededor para nada ni nadie hay mucha diferencia. Algunas personas confunden la conversación con un campo de batalla donde todo vale con tal de insonorizar el discurso ajeno. No nos damos cuenta pero al apagar otras voces perdemos una inmensa cantidad de opciones estéticas e intelectuales. Un buen músico lo tiene siempre en cuenta. Un buen ciudadano también.

Prefiero el hilo y la armonía de la música a cualquier otro sonido. Las broncas televisivas me parecen vergonzosas. No encuentro en ellas ninguna armonía, es solo ruido, ja, ja,ja. La música me acompaña siempre. Cuando estudio siempre hay música de fondo para poder concentrarme mejor. A. L. 3º de la ESO



1. https://dle.rae.es/hilo

2. https://romanzasconpalabras.blogspot.com/2019/10/a-de-armonia-diccionario-de-musica-y.html

domingo, 18 de abril de 2021

H DE HADA, DICCIONARIO DE MÚSICA Y EMOCIONES

 


Las hadas están presentes en la imaginación popular desde tiempos inmemoriales. Son seres dotados de extraordinarios poderes, se mueven con ligereza porque tienen alas, y gustan de vivir en bosques y lagos. Nos interesan cuando interactúan con los humanos, pues son capaces de cambiar su destino. Por sus características, nos las vamos a encontrar en numerosos ballets y espectáculos donde movimiento y estética estén convocados. Así ocurre en "La reina de las hadas" de Purcell,  en "La bella durmiente" de Chaikovski, en "El jardín de las hadas" de Ravel...

Entre todas las hadas del mundo, mi favorita tiene un nombre tintineante y sugestivo como el propio personaje: Campanilla. Aparece por primera vez en la obra teatral "Peter Pan" (J. M. Barrie, 1904), y adquiere fama mundial al transformarse en novela y luego en película musical. En todas las versiones Campanilla, literalmente, brilla con luz propia. Hace volar a todo aquel que se impregna del polvo de estrellas que esparce a su paso. Tiene sus defectillos pero se hace querer. Hacia el final de la historia, Campanilla pierde su fulgor y está a punto de desaparecer. Sólo si los niños creen en las hadas, nuestra amiga volará de nuevo. En el libro que yo tuve de pequeña recuerdo que muchos niños aplaudían, otros no, y algunos se mofaban de los que querían ayudar.  El hada se salvaba gracias a los primeros. ¿No es así siempre?

Qué cierto es que para lograr nuestros sueños debemos llenar nuestro corazón de polvo de hadas, dejarnos atrapar por la ilusión, tener confianza, y desde luego rendir homenaje a quien lo merece. Siempre habrá quien mire hacia otro lado, y siempre quien se ría de nosotros por ser tan ingenuos. Qué más da. Lo relevante no es si existen o no las hadas, lo verdaderamente importante es si somos capaces de creer en ellas. Pues cuando somos indiferentes o, peor aún, burlones, muchas cosas bonitas no tienen lugar.

La entrada de hoy me ha recordado uno de esos días de lluvia de mi infancia en los que veía Peter Pan y quería ir al país de "Nunca Jamás". Cuando somos pequeños, nuestra imaginación no tiene límites. Cuando crecemos, dejamos de creer en aquellas cosas que a veces desearíamos que existieran pero ¿estamos realmente seguros de que hemos dejado de pensar así? Diamante, 3º ESO

domingo, 11 de abril de 2021

H DE HABLAR, DICCIONARIO DE MÚSICA Y EMOCIONES

 


To Speak, parler, sprechen, parlare... Pienso en traducciones del verbo "hablar" y a priori me da la impresión de que sólo en español este verbo empieza por H muda. Es como si nuestro idioma nos invitara a reflexionar un momento antes de iniciar una conversación o de intervenir en ella. Algo parecido sucede cuando una obra musical empieza con un silencio. Ese silencio inicial realza lo que viene a continuación. Viene a ser el marco de un cuadro, pero sonoro en lugar de visual, que delimita y pone en valor el contenido. El silencio al principio de la obra es un puente que nos lleva a un territorio distinto del que habitábamos.

Se me ocurre que al hablar deberíamos hacer lo mismo. Detenernos un momento, como el pianista que se concentra antes de atacar el teclado, como el niño que duda antes de abrir un regalo. Si lo hiciéramos así ¿no nos ahorraríamos algún que otro disgusto? A menudo nos precipitamos en nuestros juicios, damos una opinión que nadie nos ha pedido, somos maledicentes, malpensados y malhablados. Un enfado nos llena de ira y empleamos palabras duras para dirigirnos a los demás, estamos insatisfechos y nuestro tono es cortante. Luego lo sentimos: "si hubiera pensado antes de hablar".  

Es cierto que para hablar con fluidez no podemos sopesar todas y cada una de los ocasiones en las que abrimos la boca. Yo sólo apunto que hablar no es un acto neutral, y que lo que decimos y la forma en lo decimos es relevante. Si damos a las palabras la importancia que tienen, si vamos con cierto cuidado a la hora de verbalizar nuestra idea y sobre todo si nos detenemos un momento antes de "decir algo de lo que podemos arrepentirnos" damos ocasión a los demás de intervenir, de expresarse, de ser escuchados. Esa H inicial puede ser una caricia, una mirada comprensiva, una sonrisa, un insulto que no proferimos, una herida que no causamos. Porque tan importante es lo que se dice como lo que no se dice. Ciertos silencios son un acto de amor, no lo olvidemos. Respirar un momento, detenerse, mirar al otro: ¿hablamos?