Entre todas las hadas del mundo, mi favorita tiene un nombre tintineante y sugestivo como el propio personaje: Campanilla. Aparece por primera vez en la obra teatral "Peter Pan" (J. M. Barrie, 1904), y adquiere fama mundial al transformarse en novela y luego en película musical. En todas las versiones Campanilla, literalmente, brilla con luz propia. Hace volar a todo aquel que se impregna del polvo de estrellas que esparce a su paso. Tiene sus defectillos pero se hace querer. Hacia el final de la historia, Campanilla pierde su fulgor y está a punto de desaparecer. Sólo si los niños creen en las hadas, nuestra amiga volará de nuevo. En el libro que yo tuve de pequeña recuerdo que muchos niños aplaudían, otros no, y algunos se mofaban de los que querían ayudar. El hada se salvaba gracias a los primeros. ¿No es así siempre?
Qué cierto es que para lograr nuestros sueños debemos llenar nuestro corazón de polvo de hadas, dejarnos atrapar por la ilusión, tener confianza, y desde luego rendir homenaje a quien lo merece. Siempre habrá quien mire hacia otro lado, y siempre quien se ría de nosotros por ser tan ingenuos. Qué más da. Lo relevante no es si existen o no las hadas, lo verdaderamente importante es si somos capaces de creer en ellas. Pues cuando somos indiferentes o, peor aún, burlones, muchas cosas bonitas no tienen lugar.
La entrada de hoy me ha recordado uno de esos días de lluvia de mi infancia en los que veía Peter Pan y quería ir al país de "Nunca Jamás". Cuando somos pequeños, nuestra imaginación no tiene límites. Cuando crecemos, dejamos de creer en aquellas cosas que a veces desearíamos que existieran pero ¿estamos realmente seguros de que hemos dejado de pensar así? Diamante, 3º ESO
Buenos días, Cecilia.
ResponderEliminarLa entrada de hoy me ha recordado a mi infancia, a uno de esos días de lluvía en los que me quedaba en casa con mis padres y juntos veíamos alguna peli de fantasía. Cada vez que veía Peter Pan, pensaba que yo también quería ir a Neverland, al país de nunca jamás, para poder vivir para siempre.
Cuando somos pequeños, nuestra imaginación no tiene límites. Esto nos permite creer en las hadas, los fantasmas, la magia...
Todos esto se pierde cuando crecemos, cuando dejamos de creer en aquellas cosas que a veces desearíamos que existieran. Pero, ¿estamos realmente seguros de que hemos dejado de pensar en eso?
Por ejemplo, cuando jugamos a un videojuego nos transportamos a un mundo donde todo es posible, desde crear tu propio paraíso en una isla tropical hasta capturar y hacerse amigo de animales fantásticos.
Aunque ni siquiera tenemos que irnos a un mundo en dos dimensiones para poder ver a algunos de estos personajes fantásticos. He oído decir a muchas personas: "Los héroes no existen". Pero... ¿seguro que no existen? Si podríamos definir a un héroe como una persona que salva vidas, ¿entonces los médicos no serían héroes? O esas personas que donan sangre para ayudar a pacientes... ¿Es que tampoco son héroes? ¡Pues claro que sí! No hace falta tener superpoderes para ser un gran héroe.
Aquí acabo, pero antes dejo una frase de uno de mis héroes favoritos:
"Mi motivación puede parecer trivial en comparación con la tuya, pero tampoco puedo perder. Tengo que estar a la altura de las esperanzas de quienes me apoyaron".
Gracias, Diamante, Para mí, tú estás a la altura de mis expectativas y aún más. Eres "fantástica".
ResponderEliminarHola Cecilia, soy Mª Isabel Alcántara de 2ºB.
ResponderEliminarNunca te lo había comentado pero cada entrada que leo cada vez que meja más sorprendida y te agradezco que me permitas poder expresarme en tu blog y poder sacar enseñanzas con cada mensaje que transmites.
Gracias a esta entrada he podido recordar mucho los mejores años de mi infancia y algo que es muy importante para mi la superación personal.
Yo cuando era pequeña solía ver las películas Disney sobre Campanilla , independientes a la historia tradicional y más conocida que es la de Peter Pan.
Esas películas , me sirvieron para reflexionar y darle a mi vida un rumbo distinto. Al igual que Campanilla, yo creía que no encajaba en el mundo , ya que yo siempre he sido diferente al resto. Me sentía como un bicho raro, pero aprendí que no debo sentirme menos o rara porque todos tenemos virtudes y miles de cosas que nos hacen especiales y diferentes al resto y que con un poco de esfuerzo puedo alcanzar todas mis metas , para poder hallar ese mundo de fantasía que quiero vivir. También que no tengo porque dejarme llevar por los comentarios despectivos que hacen las personas para hacerme sentir mal.
Algún día , encontraré personas que me valoren tal y como soy y que no he de cambiar del todo mi esencia porque no sería yo , estaría tratando de ser alguien totalmente diferente .
Campanilla , es un personaje que siempre me ha gustado, porque me recuerda que si quiero convertirme en una persona fuerte tengo que valorarme más a mi misma y creer que puedo conseguir todo lo que me proponga.
Buenas Cecilia soy Óscar Tablero Platas. Leyendo la entrada he estado reflexionando y en mi opinión en lo que hay que creer es en la magia pero no la magia de la ilusión sino de la magia de verdad esos deseos que nos hacen seguir adelante muchas veces. Digo esto porque la magia puede ser tanto creada por hadas, por trolls, unicornios, duendes o por Dios mismo. Y es que la imaginación es un bien muy importante que se está perdiendo, todos tenemos nuestros deseos y podemos pensar que nos la va a cumplir cualquier cosa. Porque la magia real es eso un don que nos gustaría tener porque el lucharemos y en el que el camino algún ser nos dará fuerzas donde nos las hay para conseguirlo. Y ya bien soñar es muy bonito y muy necesario pero no lo podemos confundir con la realidad como hizo Quijote hay que saber donde está el límite.
ResponderEliminarY recuerda solamente tú puedes crear tu propio sueño pero para ello no hay que rendirse a la primera hay que creer en la magia, en la magia del corazón.
Un saludo y gracias.