Buscar este blog

martes, 7 de diciembre de 2021

J DE JARDÍN, DICCIONARIO DE MÚSICA Y EMOCIONES

 


Una de estas mañanas ya casi invernales de tan frías me dirigía al instituto con la radio del coche encendida cuando empezó a sonar "La canción de la tierra" (1). La luz solar apenas tenía fuerza para abrirse camino entre el cielo cubierto de nubes, y los árboles se mostraban casi desnudos. La voz masculina se elevaba grave para advertirme "Nos invade la pena y el jardín del alma se torna árido".  ¿Cuándo había escuchado yo esa advertencia, el jardín como metáfora del alma? Me concentré en la respiración, tratando de abrir la puerta del jardín de mi mente. Los versos escogidos por Gustav Mahler se fundían con el extraño amanecer sobre el curso del Guadarrama: "ya nunca más vagaré en la lejanía, mi corazón está tranquilo". No recordaba esa parte. Me parecía escucharla por primera vez, con otro significado. Los versos de Antonio Machado vinieron en mi ayuda:

 —No tengo rosas; flores
en mi jardín no hay ya; todas han muerto.
 Alma, ¿qué has hecho de tu pobre huerto? (2)

Al bajar del coche, dejé que el viento frío me hablara como en el poema, como en la música. Respiré hondo y presté atención a cada uno de los pasos que me conducían a mi ajetreada jornada habitual.  "Mi corazón está tranquilo", pensé. "Pero más me vale ocuparme del jardín de mi espíritu. No vaya a ser que la próxima vez que eche un vistazo el desencanto y la pena hayan arrasado con todas las flores". 
Y de repente el día tan gris me pareció luminoso, perfecto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario