Estas visitas a museos y galerías tienen un papel muy importante en el relato, hasta el punto que el lector se pregunta si la relación inconveniente no será la que establece la protagonista, Blanche, con las obras de arte que contempla a diario. Ello es así porque Blanche no desea adquirir más cultura, formarse ni mejorar su comprensión del mundo. Blanche sólo desea estar ocupada y mantener a raya sus sentimientos, soportar la situación con la cabeza erguida: "mentalmente desvalida a causa de aquellos días vacíos, se sentaba en muchos bancos y contemplaba muchísimos cuadros" (2)
No es el amor al arte lo que la lleva a los museos, sin embargo poco a poco el ensimismamiento inicial da paso a una curiosidad genuina por los secretos que guardan las obras colgadas de las paredes, por su significado profundo. Aún sin pretenderlo, el contacto con semejantes maravillas va haciendo mella en su alma y en sus sentimientos. No es hasta el final del libro (y, lo prometo, no hago spoiler) cuando comprendemos hasta qué punto Blanche ha cambiado. Escuchemos como lo expresa ella misma:
"Todas esas diosas comportándose de manera escandalos. Y delante de todo el mundo. Me costó algún tiempo darme cuenta de que cualquiera puede hacer lo mismo si se lo propone" (3)
Hemos conocido a Blanche casi al borde de la depresión, y la dejamos decenas de páginas más tarde dispuesta a viajar, a descubrir nuevos paisajes y ciudades alejados del Londres frío y gris en que transcurre la acción, una mujer "empoderada" (palabra muy de moda, ¿no es cierto?). Su ex marido, que tiene el descaro de visitarla de vez en cuando, no da crédito a lo que ve y escucha. Entonces, en una giro genial, ella le recomienda que visite la National Gallery.
¿Por qué me ha apetecido hablaros hoy de esta novela? Pues porque yo también pienso que si pasamos tiempo dedicados a actividades de tipo elevado (así se describen en el libro las elecciones de Blanche) aunque el corazón esté en otra parte la experiencia nos mejora, nos ofrece soluciones inesperadas, y a veces hasta nos cura.
1) Anita Brookner, Una relación inconveniente, Tusquets/Orbis,1997 Col. Grandes Pasiones de la Literatura.
2) Pág 13 de la edición citada.
39 Pág 231 de la edición citada, la cursiva es de la novela.
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