Cuando regresó a Viena, continuó su formación con ayuda del que había sido uno de sus primeros profesores, el ciego Josef Labor. Su talento y tenacidad llamaron la atención de grandes compositores. Prokofiev, Britten, Korngold, Schmidt, Hindemith y Richard Strauss escribieron música especialmente para él. La más famosa de esas obras es el Concierto «para la mano izquierda» de Maurice Ravel.
La historia de Paul Wittgenstein es sin duda terrible, pero es también profundamente conmovedora y hermosa. En esta breve biografía leemos los nombre de otros músicos enfermos (Godowsky) o ciegos (Labor) a quienes la dificultad de su circunstancia personal no arredró en absoluto. Después de Wittgenstein, muchos pianistas que por enfermedad o accidente han quedado imposibilitados de tocar con las dos manos, han recurrido a su legado musical para continuar tocando. Sus aptitudes musicales y capacidad de superación fueron inspiradoras en su momento y lo siguen siendo al día de hoy. Casi un siglo después, Nicholas McCarthy lo ha resumido así. "Me falta un brazo, pero me sobra vocación". En 2012 Nicholas se convirtió en el primer pianista manco capaz de superar los exámenes de la Royal College of Music de Londres.
¡Hola, Cecilia! Soy Teresa Montesino. He echado en falta escribir en el blog estas semanas, pero tantos exámenes me lo han impedido. Hoy saco un poquito de tiempo para leer y reflexionar, que nunca viene mal.
ResponderEliminar¡Vaya comentario más inspirador! Desde que he leído el título ya me ha llamado la atención: Izquierda. Con tan solo una palabra se me han venido a la cabeza muchas experiencias vividas. Ser zurda como yo en un mundo de diestros no es tarea fácil. No sé cuántas veces se me habrán quedado mirando cuando escribía, mientras comentaban: "¡Ala, escribes con la izquierda!" En un principio me molestaba que aquello les pareciese tan raro, y les decía: "Sí, ¿y? Yo no me voy parando a comentarle lo mismo a cada diestro que veo." Sus comentarios no solo me hacían sentir molesta cuando escribía y me miraban, también me sentía distinta y dejada de lado. Siempre me fijaba en que la mayoría de las cosas cotidianas estaban hechas para diestros. A día de hoy no puedo hacer más que reírme de mis palabras y pensamientos pasados, ya que ahora en vez de verlo como si fuese alguien rechazado por el mundo, me siento alguien especial que destaca en esta sociedad mayoritariamente de diestros. ¿Sabíais que, por ejemplo, Albert Einstein era zurdo? También lo son muchos actores como Brad Pitt o Nicole Kidman. Esto me hace sentir orgullosa de ser diferente.
Lo mismo le pasa al protagonista de la historia que has contado: que él sea distinto, que tal vez le sea un poco más difícil, no significa ni mucho menos que tenga que ser peor o que se le vaya a exigir menos. Ser diferente te hace adaptarte a lo que te rodea, aunque no sea a lo que estás acostumbrado, te hace esforzarte para decir: ¡Yo no soy menos que el resto!
Será mejor que vuelva ya con mis estudios, pero antes, me gustaría dejar otra frase como las que dejaba en algunos de mis comentarios anteriores de personajes que me inspiraban:
"Perdí mis peones, mi caballo, mi torre, mi alfil e incluso mi reina, pero todavía no es jaque mate" - Roy Mustang
Mil gracias, Diamante. Qué feliz me hace que te pases por aquí.
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