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domingo, 27 de marzo de 2022

M DE MOZART, DICCIONARIO DE MÚSICA Y EMOCIONES

 

Salzburgo es una ciudad encantadora, junto a los Alpes orientales. Se la conoce como "la ciudad de la música" porque allí nació Wofgang Amadeus Mozart. En el siglo XIX un pastelero local quiso rendir su particular homenaje al compositor creando las "esferas Mozart" (Mozartkugel) que son bolitas de mazapán bañadas en chocolate. Así, la villa de la sal (pues eso es lo que significa Salz-burgo) enamora por su equilibrada mezcla de paisaje montañoso, bombones y música.  Es como si la ciudad misma  hubiera quedado para siempre impregnada del delicado y a la vez jubiloso paisaje sonoro del amado de los dioses. Mozart sabía que su talento no era bien comprendido por el autoritario arzobispo de la ciudad, el insoportable Colloredo, y se fue. Pero no queda rastro de ese rencor en las obras que vinieron después, llenas de lirismo contenido, tristezas pasajeras, júbilo elegante y luminosidad a raudales. No seré yo quien trate de descifrar el misterio de un hombre que en apenas 36 años regaló a la humanidad infinitas posibilidades, tanto para la dicha extrema como para la meditación profunda. Aquí apenas esbozo un consejo. Busca un rato al aire libre, lleva un dulce de buena factura en el bolsillo, y escucha el comienzo de "Las bodas de Fígaro" en cualquier dispositivo de los que hoy nos facilitan tanto la vida. Luego me cuentas.

domingo, 13 de marzo de 2022

M DE MIEDO, DICCIONARIO DE MÚSICA Y EMOCIONES

 


Como tantas ciudades ucranianas, Odessa se prepara estos días para un inminente ataque de las tropas rusas. En el  periódico "El País" aparecía el pasado miércoles la foto de cinco soldados que tocan delante del precioso edificio de la ópera de esta ciudad (1). Su coraje no exento de humor me recordaba a los músicos del Titanic momentos antes del desastre. Son miembros de la orquesta de las fuerzas navales ucranias. El artículo hacía referencia a uno de ellos, Iván, 21 años. Alto y sonriente, declaraba "me despierto y no me lo creo, estamos en guerra". 
Como tantas veces ocurre, poner nombre y rostro al conflicto lo hace más próximo, más personal. Desde hace cinco días me pregunto si las milicias de Odessa tienen acceso a comida, medicamentos, productos de primera necesidad. Si aún hay electricidad, agua potable. Si aún pueden cargar el móvil para anunciar a sus familias, "estamos bien, estamos vivos". Es el preludio de una tragedia que no tiene visos de acabar a corto plazo. ¿Qué quedará de todo ello dentro de cincuenta, de cien años?
Este verano, en sus expediciones para detallar los restos de la guerra civil española en la zona en la que vivo, mi hijo encontró los restos destrozados de un piano. ¿Qué ocurrió entonces, cuándo desapareció la música para dar paso al sonido aterrador de las explosiones, de las sirenas que anuncian un bombardeo, de las botas militares pateando calles donde hasta hace poco paseaban familias, niños, parejas de amantes?
Mi miedo ahora ya no es abstracto. No me asusta que suban los precios, ni me alarman las noticias que llegan de Chernóbil tanto como la posibilidad de que Iván y sus compañeros acaben sepultados por las bombas, malheridos o muertos. Tengo miedo de que ese trombón aparezca un día entre los escombros de un ciudad mártir, tengo  miedo por su madre, sus hermanos, su familia. Al mismo tiempo, escribo con la esperanza de que estas líneas de respeto, compasión y amor profundo le lleguen a través de las increíbles posibilidades de las tecnologías actuales. "Querido Iván, os llevamos en el corazón. Sois también hermanos nuestros, hijos nuestros, amigos nuestros. Cuídate mucho, por favor. Cecilia"

There's a place for us
Somewhere a place for us
Peace and quiet and open air
Wait for us somewhere
There's a time for us
Some day a time for us
Time together with time to spare
Time to learn, time to care
Some day!
Somewhere!
We'll find a new way of living
We'll find a way of forgiving
Somewhere
There's a place for us
A time and placе for us
Hold my hand and we're halfway therе
Hold my hand and I'll take you there
Somehow
Some day
Somewhere!

(Somewhere,  West side story,  lyrics )

 Traducción al ucraniano
«Дорогий Іване, ми носим тебе в наших серцях. Ви також наші брати, наші діти, наші друзі. Бережіть себе, будь ласка. Сесілія»

Для нас є місце
Десь місце для нас
Спокій і тиша і відкрите повітря
чекай нас десь
Для нас є час
Колись для нас
Час разом із вільним часом
Час вчитися, час піклуватися
Колись!
Десь!
Ми знайдемо новий спосіб життя
Ми знайдемо спосіб пробачити
десь
Для нас є місце
Час і місце для нас
Тримай мене за руку, і ми на півдорозі
Тримай мене за руку, і я відведу тебе туди
Якось
колись
Десь!

(Десь, Вестсайдська історія, лірика)

domingo, 6 de marzo de 2022

M DE MAYOR/m de menor, DICCIONARIO DE MÚSICA Y EMOCIONES

 El clave bien temperado es el nombre de dos libros de partituras compuestos por Juan Sebastian Bach en todas las tonalidades mayores y menores de la escala. Cada libro comprende 24 grupos constituidos por un preludio y una fuga. Empieza por la tonalidad de Do Mayor y después la de do menor, a la que le sigue Do sostenido Mayor y así sucesivamente, hasta haber completado toda la gama cromática, siempre contrastando Mayor/menor. Para los no iniciados diré simplemente que la manera en que distribuimos los sonidos de la escala modelo resulta en una música expansiva, animada, exultante incluso cuando escuchamos modos mayores, frente a la melancolía y tristeza que nos provocan los menores.

Una vez más, la música se nos muestra como espejo de la vida misma, donde alegrías y penas se confrontan de manera continuada. Los votos matrimoniales se lo recuerdan a los enamorados cuando se deciden a iniciar una vida juntos: en la prosperidad y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, en los buenos momentos y en los difíciles. Las misma naturaleza se muestra cíclica y cambiante a lo largo del año, y allí donde hay árboles desnudos en invierno las praderas y bosques se cubren de flores en primavera. Todos los días amanece y todos los días se hace de noche, un día somos jóvenes y (no mucho después) el espejo nos devuelve una imagen que apenas reconocemos. ¿Dónde están aquella niña rubia, aquel joven atlético si ahora el cabello es blanco, y las fuerzas apenas alcanzan para subir las escaleras?

La aceptación serena del cambio, de la transformación, del fluir de la existencia tantas veces comparada con el discurrir de una corriente de agua, ahora tranquila, luego turbulenta, nos permite afrontar las exigencias diarias con mucha mayor tolerancia. Algunas cosas no van bien, es cierto. Pero observemos si esa situación difícil tiene su contrapunto en alguna circunstancia hermosa que se nos pasa por alto: estoy disgustado, pero tengo un amigo cerca. Estoy lesionado, pero me cuidan. He suspendido, pero tengo la oportunidad de recuperar. En casa no hay mucho dinero pero nos apoyamos y queremos. Cuando aceptamos que no es posible tenerlo todo, lo que sí tenemos nos satisface y nos llena. Porque nosotros mismos somos música, y no podemos sonar siempre alegres, siempre en modo mayor. Vivir plenamente requiere estar "bien temperados", sonar bien tanto en modo mayor como en modo menor. Eres una persona, estás hecho "per sonare", para sonar. Templanza, amigo. No todas las melodías son alegres, pero sí pueden revestirse todas de enorme dignidad.