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domingo, 26 de enero de 2025

Tú también puedes

 


Un barquito de papel se desliza sobre el agua en la portada de este pequeño volumen publicado en 2013 por la psicóloga Elena Rubio (1) Sólo la lectura atenta revela el significado de la imagen. El ser humano es un barquito a merced de las olas y es también el agua que mantiene el barco a flote, regulando su intensidad y recorrido. En el libro se expresa así: "somos como la hoja que cae del árbol a merced del viento, solo que ahora podemos ser también el viento" (2) 

Entre los numerosos ejercicios que se proponen para afrontar mejor los retos cotidianos, Elena Rubio nos habla del perdón. El lector ha de analizar con conciencia alguna relación complicada y molesta haciéndose las siguientes preguntas:

  • ¿Qué me ha dado esta persona?
  • ¿Qué le he dado yo a ella?
  • ¿Qué problemas y dificultades la he causado?

Entrar en la frecuencia del perdón, nos explica, no puede ser una gran ocasión para fortalecer nuestro ego (soy generosa, soy buena, no se lo merece pero aún así...) sino algo muy distinto. En estado de meditación, vamos a reconocer las cosas buenas que esa persona difícil nos ha dado en lugar de quedarnos atrapados en el daño. A menudo, este entrenamiento pone de relieve las cualidades de alguien que en algún momento se ocupó de nosotros, nos cuidó a su manera y nos dió amor. Ojo, nadie dice que tengamos que aceptarla en nuestra vida o soportar situaciones de abuso y maltrato. Es un ejercicio que se vuelve hacia nuestro mundo interior, donde los conflictos-fantasma siguen atormentándonos, aunque la persona ya no esté.
Al reconocer en los demás sus mejores cualidades modulamos la intensidad de nuestros estados emocionales más negativos, vivimos más tranquilos e inclinamos la balanza de la vida hacia su lado más luminoso. Es muy difícil, ya lo sé. Pero para mí es como tocar al piano una partitura nueva: error tras error, disonancia tras disonancia, un buen día la música está ahí, perfecta y virtuosa, y eres tú mismo el que la hace sonar. Buena suerte.

1) Previsualiza las primeras páginas de este libro Elena Rubio, Tú también puedes, Madrid, Edaf, 2013

2) Pag. 62 del libro citado.

sábado, 18 de enero de 2025

PSIQUIATRAS, PSICÓLOGOS Y OTROS ENFERMOS

 



En la plaza de mi pueblo hay un buzón inspirado en el fenómeno del bookcrossing. Los vecinos dejamos allí los libros que ya no nos interesan y cogemos otros que nos apetecen más. He descubierto así "Psiquiatras, psicólogos y otros enfermos", una novela que de otro modo nunca hubiera leído. Sin ser todo lo hilarante que promete la cuarta de cubierta, reconozco que me ha hecho pasar un buen rato y pensar en algunas actitudes que hacen de nuestra vida un innecesario sucederse de desengaños y enfados. 

Rodrigo, el protagonista, narra en primera persona un periodo de su vida en que sufre arrebatos de ira injustificados e intensos. Pide entonces ayuda a su cuñado Ernesto, que es psiquiatra. En la sala de espera de la consulta descubre que los cuadros que adornan las paredes no han sido enmarcados en la empresa de su mujer, Patricia:

"La etiqueta del enmarcador decía Marcos Corredor, es decir, la competencia de Pati, esa gran tienda que había tomado el mercado de la zona y que tantos quebraderos de cabeza le producía a mi mujer y sus socias (...) La ira, en forma de sudor, me resbalaba por la espalda, y estaba alcanzando unos niveles tan extremos que llegué a pensar si no se trataría todo de una provocación diseñada por Ernesto (...) Cuando estaba intentando colgar el cuadro de nuevo, se abrió la puerta de la sala y apareció la intrigante cara de Ernesto.

- Rodrigo -dijo-, ¿cómo estamos?

- Yo bien -dije, extendiendo la mano-, pero el cuadro estaba un poco torcido.

- Ah, no te preocupes. ¿Te gustan? Me los regaló una paciente. Fíjate, los trajo enmarcados y todo.

- Ya veo, ya veo -dije, sin apenas tener valor de enfrentarme con la propia miseria de mis pensamientos anteriores, ni con la cara sonriente de mi cuñado. " (1)

La escena no solo es graciosa por la incomodidad y los pensamientos exagerados de Rodrigo, sino que también sirve para explorar cómo nuestras percepciones pueden distorsionarse por emociones intensas y contextos personales.

La conexión entre la ira de Rodrigo y los cuadros es un gran ejemplo de cómo nuestras suposiciones negativas pueden generar y amplificar nuestro resentimiento y mal humor. A menudo, cuando estamos atrapados en ese tipo de pensamientos, interpretamos las acciones de otros como si estuvieran pensadas a propósito con la intención de dañarnos.

Reconocer esos momentos en que nuestros juicios son exagerados, egocéntricos o simplemente incorrectos es un primer paso hacia una comprensión más serena y equilibrada de las relaciones humanas. Cuando  llevados por juicios sesgados y mal informados llegamos a la conclusión de que "los demás" nos timan o  nos toman por tontos no sólo podemos equivocarnos sino que de seguro vamos a ser menos felices. Una revisión de esos "pensamientos miserables" nos puede hacer mucho bien ¿lo intentamos?

Un fuerte abrazo y hasta la semana que viene.



1) Rodrigo Muñoz Avia, pág. 48 de Psiquiatras, psicólogos y otros enfermos, Santillana, Punto de lectura, Madrid, 2005.

domingo, 12 de enero de 2025

LA UTOPÍA ESTÁ EN EL HORIZONTE


Siendo muy pequeña, durante un paseo por el campo, tuve la sensación de que la luna estaba al alcance de mi mano. Fue una experiencia asombrosa. Mi padre me advirtió que, por mucho que corriera, nunca podría atraparla, pero yo no le creía. Corrí y corrí, fascinada por aquella esfera luminosa y magnífica.

He recordado ese momento al leer una cita incluida en el calendario de 2025 que cuelga en mi habitación (1) Se trata de la famosa idea, erróneamente atribuida a Eduardo Galeano: "La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos, y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar" (2)

Esta metáfora conceptual es un ejemplo extraordinario de cómo los ideales pueden cobrar sentido en nuestra vida. Va más allá de lo literal, convirtiendo algo abstracto (la utopía) en una experiencia tangible (el acto de caminar hacia un horizonte). La enseñanza es clara: aunque nuestros objetivos ideales puedan parecer inalcanzables, su verdadero valor reside en el impulso que generan para avanzar. Es en el esfuerzo continuo donde encontramos nuestra riqueza y crecimiento.

Si aprendemos a ver cada desafío como una oportunidad para progresar, y recordamos que lo esencial no es llegar a un destino final, sino disfrutar y aprender en cada paso, nuestros sueños y aspiraciones seguirán siendo una fuente inagotable de motivación.

¡Feliz 2025 y feliz camino!



1) Calendario solidario 2025, RED SOS REFUGIADOS EUROPA, mes de Noviembre.Más información

2) ESTA FRASE SE ATRIBUYE ERRÓNAMENTE A EDUARDO GALEANO, PERO ES DEL CINEASTA FERNANDO BIRRI, COMO EL PROPIO EDUARDO EXPLICÓ EN ESTA ENTREVISTA lA UTOPÍA ESTÁ EN EL HORIZONTE