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sábado, 10 de mayo de 2025

CHOCOLATE AMARGO


Hoy quería dar unos consejos a un alumno que está muy desmotivado. Me aseguraba categórico esta misma semana que él "es muy vago", con la misma convicción con que uno puede decir "soy ciego" es decir, como si la pereza fuera una condición irreversible. Una pena que la novela de Lesley Lokko "Chocolate amargo" (1) no esté traducida al español porque le recomendaría su lectura. En el libro la joven Laure  se queda embarazada y abandona la casa familiar para evitar el escándalo. Acostumbrada a tener la vida resuelta, los inicios de su nueva vida son realmente difíciles. Laure tiene 17 años.  No ha terminado sus estudios,  no sabe cocinar ni poner una lavadora. Todo se lo han dado resuelto. Pero en sus nuevas circunstancias descubre dentro de sí una gran fuerza de voluntad y un tremendo coraje. Laure no "es" vaga, lo que pasa es que nunca ha tenido la necesidad de esforzarse. ¿No será que mi alumno no ve realmente para qué hacer el esfuerzo de cambiar de rumbo?. 

Cuando un alumno dice “soy vago” está confundiendo una etiqueta con una situación temporal, y eso puede consolar a corto plazo (no tengo ninguna responsabilidad, esto es lo que me ha tocado en suerte) pero es muy dañino porque bloquea cualquier posibilidad de cambio. Nadie nace sabiendo estudiar. Nadie nace con ganas de esforzarse por cosas que no entiende. La motivación no aparece porque sí, se construye. Paso a paso, con pequeños logros. Con ayuda, si hace falta. Y sobre todo, con un poco de paciencia con uno mismo y evitando creencias limitantes. Si este humilde blog puede ayudar a alguna de las personas que lo leen a cambiar pues... para eso estamos. Un fuerte abrazo.

1) Lesley Lokko, Bitter Chocolate, Orion Books, Londres, 2008.

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