Hola de nuevo,
¿SE TE HA OCURRIDO ALGUNA VEZ PENSAR EN LO QUE SENTIRÍAS SI DE PRONTO EL MUNDO PERDIERA SUS BRILLANTES COLORES?
En la novela de Charlotte Brontë titulada "Jane Eyre" la infeliz Jane toma la medida de su tristeza el día en que un plato de porcelana de radiantes colores a ella le parece marchito y sin interés. Huérfana, acorralada entre parientes que no la aman, sus descripciones de los paisajes y personas que la rodean están siempre teñidos de un pesimismo gris: "de vez en cuando me ponía de pie para mirar el paisaje de invierno. Todo se fundía en un horizonte plomizo de nieblas y nubes". Qué cierto es que el alma parece colorearse del tono con que contemplamos las circunstancias que nos toca vivir. En este libro, el color de las cosas es el color del estado de ánimo de la protagonista.
De manera diferente, en la novela de Lois Lowry The Giver (difícil traducción, digamos que viene a ser el dador o el otorgador) un joven, prisionero sin saberlo en un mundo donde los colores han desaparecido, es capaz de pronto de percibir las manzanas de magnífico rojo. Poco a poco ese don se amplía hasta el punto de permitirle no sólo "ver" sino también "oir" diferentes tonalidades. En el caso de Jonas -ese es su nombre- no es el estado de ánimo sino las facultades perceptivas las que están afectadas. Ni la música ni el color tienen cabida en su mundo. A su alrededor la gente vive anestesiada, sin distraerse jamás con "tonterías" tales como oir una canción o contemplar un paisaje. Cuando empieza a percibir colores y tonos musicales, toma la decisión de escapar.
Muy a menudo los alumnos me han preguntado en clase ¿para qué la música, profe?, ¿para qué estudiar algo que no es útil, que no sirve para nada? Entonces me siento al piano y dejo que la música hable. El piano es mi explicación, ya que los músicos aplicamos el concepto de color al timbre específico de cada instrumento. ¿No sirve para nada? Quizá. Pero es que yo no quiero que sirva "para algo", no quiero vivir en un mundo donde todo sea útil. La distopía que explora Lowry señala precisamente cómo un exceso de racionalización puede conducirnos a un mundo injusto y cruel. Luego está la propia experiencia, claro. No me quedo contemplando asombrada mi coche porque me lleva de aquí para allá. Pero sí me detengo a veces un momento y contemplo el cielo y las nubes, y los pájaros. Los oigo cantar y canto con ellos. Me siento libre y feliz como no me siento jamás cuando estoy sacando pasta del cajero. Necesito un mundo que no sea del color de un billete sino del color de los ojos de mis alumnos cuando me prestan su atención y una chispa de comprensión brilla en el fondo de sus pupilas, del color del atardecer que es el mismo que siglos atrás contemplaron los hombres y mujeres que nos precedieron en el camino, de los colores de la música que, como la paleta cromática, no nos hacen falta para vivir pero nos dan una razón para vivir.
A veces, como le pasaba a Jane Eyre, la vida nos lo pone difícil y todo parece apagarse. Pero ¿preferiríamos el mundo sin colores de Jonas? Yo tengo clara mi respuesta.
Hola Cecilia, soy Mario Navarro, alumno de 3°A, te comento mi opinión sobre esta entrada:
ResponderEliminarRecientemente he tenido un examen de literatura en el que entraban las figuras literarias, con esto quiero llegar a que hay una figura literaria llamada símbolo, es una especie de metáfora. Por ejemplo el rojo significa amor,el verde suerte, el blanco pureza. Esto no es así en todos los países, en Asia en un funeral la gente se viste de blanco en vez de negro como haríamos nosotros, debido a que "necesitan" cierta
pureza en señal de respeto hacia esa persona. En la película del mago de Oz al principio empieza en blanco y negro pero cuando comienza la trama de la historia coge color en signo de que la acción acaba de comenzar. No siempre una situación sin color tiene que ser triste, comprometida o desafiante, por ejemplo las personas daltónicas son incapaces de ver la realidad tal y como es pero eso no quiere decir que no disfruten de la vida. A su vez las situaciones coloridas no tiene porqué ser las más felices, por ejemplo los no daltónicos podemos tener momentos tristes aunque vivamos en un "mundo" colorido.
Un saludo
UN MAGNÍFICO COMENTARIO, MARIO. MUCHAS GRACIAS.
ResponderEliminarHola Cecilia, soy Nerea Díaz García, alumna de 3°A.
ResponderEliminarEl color nos transmite emociones, es importante en nuestra vida, aunque no siempre tenemos que percibir los colores por el sentido de la vista, sino que también podemos sentirlos, imaginarios…
Esta entrada me ha recordado a una canción en la que una de sus frases dice "¡dale color a la vida!", es decir, se alegre, entusiasta, amable, buena persona, párate a admirar las cosas que para otra gente pueden ser insignificantes pero que no deberían, como el sonido del agua, el pasar de las nubes, el canto de los pájaros, etc.
Yo asocio los colores con emociones, buenos momentos vividos con amigos, familiares, conocidos, profesores,... Los colores no solo me hacen recordar situaciones felices, sino que a veces, por ejemplo cuando un día está gris u oscuro, me hacen sentir nostalgia, pero incluso me pueden hacer recordar épocas de la infancia, como cuando un día estaba gris y lluvioso y yo saltaba en los charcos de agua.
Mi color favorito es el azul, ya que es un color vivaz y alegre, que está muy presente en nuestro día a día, en la naturaleza. En verano me gusta tumbarme en lo alto de una colina, en la hierba, y admirar cómo cambia el cielo a medida que avanza la tarde, sus tonos azules, amarillos, rosas, naranjas, rojos, grises, azules oscuros, etc.
Esta entrada me ha encantado, la verdad es que no me había parado a pensar en todo lo que significa el color para mí, y lo presente que esta en nuestro día a día y en la música.
Un saludo, Nerea.
Buenas señorita Cecilia soy Óscar Tablero Platas de 2°A. Todos sabemos que los colores pueden alegrarnos el día como una canción o un abrazo. La primera vez que vi una foto en blanco y negro pensé que en aquella época sólo existían esos colores pero luego me enteré que las fotos eran así en aquella época. Yo tampoco me podría imaginar un mundo sin color pero tampoco ahora me iba a consolar mucho un color o al menos eso creo porque en estos tiempos que vivimos no nos paramos en ver los colores ya que tenemos que hacer muchas cosas y no nos dan tiempo a hacerlas si nos paramos a ver los colores, y esto es muy triste porque sin colores nos sería más difícil la vida. Si fuera todo negro o blanco no nos pararíamos a ver que color que nos queda mejor porque total solo habría dos colores, o en una frutería no podríamos ver los colores de las frutas o en un paisaje muy bonito tan poco lo apreciaríamos mucho, solo serían dos colores. Por eso tenemos que aprovechar los pequeños momentos para ver los colores del paisaje porque una imagen dice más de mil palabras. Así que no veas la vida de un mismo color porque allá donde mires habrá más de uno (en la ropa, en los coches, en la vegetación, en las casas e incluso en nosotros mismos.
ResponderEliminarUn saludo y hasta el martes.
Hola Cecilia, soy Amelia de 2ºA. Hace unos días nos comentaste en clase que hay personas que asocian un color a cada nota musical. Es cierto que yo no dispongo de esa capacidad pero la música nos hace llevarnos a diferentes lugares, emociones y recuerdos. Estoy segura de que los colores nos hacen sentir de manera diferente, por ejemplo: los días nublados, yo por lo menos, no suelo sentirme con la misma energía que en una mañana soleada de verano y la música nos hace sentirnos de manera distinta según que melodía estemos escuchando.
ResponderEliminarPuede que la música, el arte en general, muchas veces a primera vista nos parezca que no sirven para algo verdaderamente útil, pero en mi opinión si existen es por algo. Y como tú has dicho son una razón más por la que vivir y eso es algo maravilloso.
Un saludo y hasta el martes.
Hola Cecilia , soy Anas Elissaoui Bergam de 3D este tema me parece muy interesante para conversar y dar tus opiniones sobre el tema a mi me parece muy raro y no podría vivir sin colores sería como muy apagado el mundo es como una canción sin ritmo o como un boli que no pinta .
ResponderEliminarUn saludo Anas
Hola Anás, no termino de entender tu razonamiento. ¿podrías extenderte un poco más? Un abrazo Cecilia
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¡Hola de nuevo a todos! A veces el destino es caprichoso e ideas y sucesos inesperados coinciden en un determinado momento. Por ejemplo, hoy, en un descanso, me ha preguntado Cecilia por qué decidí estudiar música... y yo la he respondido que, acabando el bachillerato me di cuenta de que la música me maravillaba e iluminaba como ninguna otra cosa. Aunque no quiero extenderme demasiado en ello, simplemente comentar que esta no fue una decisión fácil pues, no solo me requería un esfuerzo mayor (los estudios en el conservatorio) que las asignaturas del instituto sino que contradecía los consejos de mi entorno. Sin ser mi historia nada especial, sí pone de relieve varios aspectos relacionados con esta entrada.
ResponderEliminarEn primer lugar, como en The Giver, la música coloreó progresivamente mi mundo sacudiendo mis cimientos mentales. Y, al contrario que Jane Eyre, esta hizo que todo tuviese más color hallando en ella una brújula de mi felicidad. Mucho se ha escrito y hablado del efecto catártico de la música pero creo que, en este caso, el tema de fondo es otro. La realidad que percibimos, con todos sus colores, olores, sabores… está determinada en gran medida por el estado emocional del sujeto que vive; una tarde invernal puede suponer alegría para el pintor inspirado (https://es.wikipedia.org/wiki/La_urraca)o una pesadumbre para alguien deprimido; un mismo color tiene infinitos prismas desde los que observarlo. También esta relación ocurre en el sentido contrario, de forma que el sol efectivamente mejora el estado de ánimo general. Además, como comenta Mario Navarro, la significación cromática es cultural pero es que ¡incluso los colores lo son! Seguro que ya lo habéis escuchado, pero a mí de pequeño me impresionó mucho que los inuits tuviesen varias decenas de colores blancos en su vocabulario. Menudo rompecabezas se está formando, hasta aquí puedo leer. La suerte que tenemos es que todo se reduce a la simple doctrina de apreciar y entender estos cambios que nos suceden, como hace Nerea cuando se tumba en la hierba o como hace Óscar al observar el paisaje.
En segundo lugar, he encontrado apropiado mencionar mi propia experiencia, para ejemplificar la gran relevancia que tienen estos menesteres en nuestra vida. Como comentaba Cecilia, el utilitarismo inunda nuestra cultura hoy en día relegando artes, cultura y emociones (y seguramente más cosas) a un plano secundario. Sin embargo, en cierto modo se trata de un engaño, una ilusión, pues bajo la aparente capa de racionalidad que podemos percibir (ciencia, tecnología, economía…), resulta que seguimos teniendo los mismos problemas que han perseguido al ser humano durante toda su historia: la muerte, la enfermedad, la búsqueda de la felicidad/autorrealización, el amor, la riqueza… En mi caso y sin pretender servir de ejemplo, una percepción subjetiva (el gusto por la música) me llevó a tomar una decisión en contra de la “racionalidad” y Jonas de The Giver decidió escaparse; puedes encontrar ejemplos de este tipo en cualquier momento de la historia. Seguramente tú te hayas encontrado en una situación similar alguna vez. Para finalizar, solo quiero agradecer esta maravillosa habilidad que tenemos las personas para entremezclar colores, emociones y música.
Buenas tardes Cecilia. Soy Daniel Bautista de la clase de 3ºA.
ResponderEliminarCuando he leído tu entrada lo primero que se me ha venido a la cabeza ha sido la televisión de décadas pasadas, en blanco y negro. Estos colores apagados me transmiten (a mí y a mucha gente) tristeza, ya que un mundo sin colores sería un mundo completamente diferente, y yo no podría sentirme a gusto en él. Esto se debe a que sin color todo el mundo parecería triste y deprimido, mientras que el color siempre aviva las cosas.
Además, hay personas daltónicas que no distinguen muchos colores y recuerdo que vi en "El Hormiguero" un programa donde les daban a tres daltónicos gafas especiales para distinguir los colores y les pusieron delante flores de vivos colores, variedades de frutas... Tras ponerse las gafas, todos comenzaron a llorar, porque por primera vez vieron lo vivo que está el mundo gracias a los colores.
En conclusión, espero que ahora me considere afortunado (yo y todos) por ser capaz de ver los colores tal y como son.
Un saludo, Daniel.
Hola cecilia soy Raquel galán sobrado de 3°C
ResponderEliminarMi pensamiento sobre esta pregunta es...como se diría es difícil contestar una pregunta que hoy en día esta pasando, respondiendo a su pregunta si lo he pensado alguna vez y no ha sido un pensamiento muy feliz supongo que esos pensamientos los tienen las personas en momentos de su vida en el que no son capaces de ver los colores estos mismos no tienes la suficiente fuerza para alegrar a la persona, el mundo sin colores sería un mundo triste y sin emociones por que los colores aunque no los apreciemos están en todas partes en el arte, en la ropa,en la calle e incluso en el cielo esos días en los que llueve y piensas que va ha ser una tarde triste y lluviosa pero de repente sale el solo y ves a lo lejos una arcoíris repleto de colores y te alegra la tarde en mi opinión un planeta sin colores no es un planeta y que tenemos mucha suerte las personas que sabemos apreciar los colores que nos da la vida. Gracias por su atención.
Hola Cecilia, buenas tardes. Soy Silvia Zamarreño, alumna de 3º B. En primer lugar, gracias por darnos tu sincera opinión sobre lo que ves en nuestros ojos cuando te prestamos atención.
ResponderEliminarEn mi opinión hay algunos colores que nos transmiten sentimientos diferentes o los asociamos a ellos. Por ejemplo, el azul con la alegría, el verde con la esperanza, el rojo con la pasión, etc. Realmente, yo creo que la forma en la que vemos el mundo es el cúmulo de los colores que encontramos. Cuando tenemos un mal día nos fijamos en todo lo que es blanco, negro y gris y con convencemos de que ese día va a ser un mal día hasta el final y no siempre es así.
Yo pienso que los colores nos pueden hacer felices, a lo mejor no tienen una utilidad como la de un bolígrafo para escribir o unas tijeras para recortar, pero si tienen una función en nuestros sentimientos. La música nos hace ver todo con colores y los colores nos transmiten música.
Me ha gustado mucho esta entrada, un saludo :)