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domingo, 23 de febrero de 2020

C DE CALUMNIA, DICCIONARIO DE MÚSICA Y EMOCIONES



Mis queridos lectores,

me vengo acordando estos días de uno de los temas de la ópera de Rossini "El barbero de Sevilla". La función narra los amores de Rosina y el Conde Almaviva. Su relación se ve estorbada por Don Bartolo, que también pretende casarse con Rosina. Un pérfido amigo le sugiere acabar con la reputación del conde esparciendo rumores falsos sobre él. ¿Por qué hacerlo así? Porque una calumnia se difunde rápidamente y causa daños irreparables. Leed vosotros mismos el resumen que os hago de este momento musical:


"La calumnia es un vientecito, como una suave brisa

que ligera y suavemente ha empezado a susurrar.


En voz baja y silenciosa, va fluyendo, causa risa;

todo el mundo se divierte, ¿qué podría salir mal?.

Gana fuerza poco a poco, no parece tener prisa

pero puede asegurarse que al final estallará.

No se podrá defender el que ha sido calumniado

cuando de forma tan pública la tormenta le ha alcanzado."


Es un texto fabuloso para reflexionar en esta época que nos toca vivir en que mentiras e insultos se esparcen con una velocidad y una eficacia nunca vistas. Calumnia, difamación, injuria... coinciden en ser como ese vientecito del que habla Rossini en su ópera, que al final se convierte en una tormenta. Hacerlo en las redes sociales agrava el daño, porque multiplica el alcance de cualquier habladuría, de cualquier sospecha. ¡Qué contento se hubiera puesto este Bartolo si hubiera tenido la ocasión de  usar los stickers del Whatsapp o de hacer sus  comentarios maliciosos en Twitter de forma anónima y despreocupada!
Cuando escuchamos la ópera nos divierte y nos escandaliza a un tiempo lo que en ella se dice. Nos parece que nunca actuaríamos así, que no queremos ser esa clase de personas. Pero luego el día a día es un banco de pruebas bastante eficaz, en donde realmente demostramos nuestra fortaleza y nuestra habilidad para resistir las tentaciones. La foto de ese compañero que se quedó dormido en el autobús puede ser muy graciosa. La del profe que bizquea porque le ha dado el sol en los ojos todavía más. Toca reirse un rato, y luego retuiteralo, difundirlo. Si es divertido ¿por qué no hacerlo?
Como rendida admiradora de la filosofía estoica, cedo la palabra a mi querido Marco Aurelio, emperador de Roma muchos siglos atrás, quien en sus Meditaciones nos recuerda una y otra vez que formamos parte de un todo, y que sólo seremos felices si, mirando por nuestros semejantes, tenemos sumo cuidado en no dañarles con nuestras acciones o palabras. Como buen estoico, los textos que escribió no son exactamente divertidos. Pero a mí me hace sonreir cuando leo que "no siendo indispensables la mayor parte de nuestras palabras y de nuestras acciones, si se las cercenase se gozaría de más holgura y tranquilidad". Razón tiene el emperador al sugerir contención y silencio. En la primera página de sus meditaciones manifiesta sus desprecio a los chismosos, a los maledicentes, a los charlatanes. Murió en el siglo II después de Cristo pero, la verdad, qué moderno resulta.


A veces, la gente no tiene empatía, no piensa si eso que va a hacer puede hacer daño a otras personas (...) La broma solo es divertida cuando todos nos reímosMe parece increíble que las meditaciones de un hombre que falleció en el siglo II puedan aplicarse de una forma tan correcta a la actualidad. Silvia Zamarreño, 3º ESO

La vida en sociedad es muy compleja y vivimos diariamente este tipo de ataques hacia personajes de todo tipo, a veces muy lejanos y con la consiguiente sensación de levedad e impunidad, ya que seguramente esos comentarios nunca lleguen al personaje en cuestión. Sin embargo, cuando el comentario es sobre alguien cercano, como puede ser un profesor, un compañero, una amiga, un familiar... el escenario es muy distinto (...) y un comentario desacertado puede tener consecuencias insospechadas. Pablo Resa, UCM.


6 comentarios:

  1. Hola Cecilia, buenas tardes. Soy Silvia Zamarreño, aluna de 3º B. En mi opinión, me parece innecesario ir creando mentiras o rumores de otras personas simplemente para intentar hacerlas daño o que otras personas piensen mal de ellas. Creo que cada persona debe de tener su propia opinión sobre cada persona y que no debemos tener prejuicios de la gente antes de saber cómo son y fijándonos tan solo en su aspecto físico. Es totalmente verdad que a veces, la gente no tiene empatía con otras personas, que no piensan si eso que tu vas a hacer les puede hacer daño o no, no se ponen en su lugar; y, la broma solo es divertida cuando todos nos reímos.
    Me parece increíble que una de las meditaciones de un hombre que falleció en el siglo II, puedan aplicarse de una forma tan correcta a la actualidad, el siglo XXI.
    Me ha gustado mucho esta entrada, un saludo :)

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  2. Hola Cecilia, soy Teresa Montesino, alumna de 2ºA. Creo que la sociedad actual es capaz de encontrar el lado malo de cualquier herramienta (como una red social) con el propósito de hacer daño a otras personas, o burlarse de ellas a sus espaldas, quizá solo con el objetivo de tener su público. Cada uno es diferente, todos tenemos derecho a ser como somos, porque nadie es perfecto, pero son esas imperfecciones las que aprovechan para hacernos sentir mal.
    Algunas veces nos sentiremos mal, ofendidos, ignorados, despreciados…pero lo más importante es recordar que eso no debe afectarnos, no debemos dejar de hacer las cosas que nos gustan porque alguien ha comentado algo ofensivo sobre nosotros en las redes.
    Es posible que, las personas a las que les divierte hacerlo, digan: “Tampoco es tan grave, es solo una foto”. Pero deberían darse cuenta de que la vida real no es como un videojuego, y podemos hacer un daño irremediable a una persona.
    Debemos recordar que no es cierto todo lo que se dice, ya que pueden contar algo falso, un rumor, una mentira… Pero a veces nadie te defiende, pueden ver ese rumor y reírse, callarse o, simplemente, ignorarlo, porque piensa que no va con él. A veces, debemos pensar en cómo nos sentaría a nosotros si nos ocurriese lo mismo, y ayudar a esa persona que lo está pasando mal.
    Dicen que vamos evolucionando con el tiempo, pero hay algunas cosas en las que parece que aún tenemos mucho que mejorar, y quizás debamos mirar al pasado, a un mundo donde los móviles no existían, para darnos cuenta de que lo más importante no es hacer daño, ni ser popular, sino dejar que cada uno sea como quiera, y así podremos vivir todos tranquilos.
    Una entrada muy interesante y actual, me ha gustado mucho, un saludo.

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  3. Hola Cecilia, soy Nerea Díaz García, alumna de 3ºA.
    El jueves fuimos a ver una obra de teatro sobre el bullying. Sin embargo, esto también tiene algo que ver con esta entrada. La situación es la siguiente: un día un niño se hizo sus necesidades encima, a partir de ese día todos los niños de su clase le llamaban "el cageta", " el cagao", etc. Difundían rumores y burlas innecesarias sobre el niño que ese día se había hecho sus necesidades por un dolor de tripa, algo que le había sentado mal. A lo que quiero llegar es a que la difusión de rumores y mentiras crueles e hirientes pueden llegar a hacer mucho daño a la persona afectada, y en muchos casos, puede conllevar que cuando esto es muy grave, la persona opte por suicidarse, como ocurrió con este niño.
    No entiendo a la gente que se dedica a difundir defectos o rumores de otra gente simplemente por diversión y por ver cómo reaccionarán los demás.
    Otra cosa que me parece increíble es que los pensamientos, ideas y meditaciones de Marco Aurelio tengan tanta razón sobre la vida cotidiana y la vida misma.
    Me ha encantado esta entrada.
    Un saludo, Nerea.

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  5. Buenas señorita Cecilia soy Óscar Tablero Platas de 2ºA. Todos sabemos que un mal comentario de nosotros nos podría arruinar nuestra reputación y más si lo hacen en las redes sociales ya que ahí por mucho que lo intentes borrar sigue estando. Esto también sucedía antiguamente pero sin redes sociales. En aquella época hacer daño por un mal comentario era muy fácil ya que era muy difícil demostrar lo contrario. A mí no me gustaría que me desprestigiaran ya que eso puede hacer mucho dolor y en estos últimos días nos han enseñado que al desprestigiar a alguien a esa persona le puede hacer tanto daño que llegue a suicidarse. Y esto puede suceder, si alguien propaga por ahí algo que desprestigie a una persona, esta persona puede quedarse sola sin nadie ya que todo el mundo se cree el comentario y esto puede crearle a la personas grandes daños emocionales hasta llegar al suicidio. Así que si alguna vez te enfades con alguien ni se te ocurra desprestigiarlo ya que el daño que puedes hacer es incontrolable, y si alguna vez ves a alguien que ha sido desprestigiado ayudale porque no todos los comentarios que oyes son realidad.
    Un saludo, Cecilia

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  6. Buenos días a todos. He leído vuestros comentarios y para extraer algunas conclusiones quisiera recuperar aspectos de cada uno; Silvia Zamarreño menciona el aspecto físico, la empatía y la connivencia de la broma; Teresa Montesino, la ética de las redes sociales, el derecho a ser y la complicidad en la calumnia; Nerea Díaz, el caso de un chico que llegó a suicidarse ante el acoso que recibió y el absurdo sadismo que encuentra en ello y Óscar Tablero habla de la reputación, el suicidio y la calumnia. Rápidamente se pueden advertir dos campos asociativos: las relaciones interpersonales y la autoestima. Nuestra identidad se forma cuando la dimensión individual y social se entremezclan y esto hace que vosotros seáis Nerea, Óscar, Silvia y Teresa pero también compañeros de instituto entre vosotros. Es decir, si yo hago bromas sobre alguno de vosotros, ataco no solo a la persona sino también a la figura social que representáis.

    La vida en sociedad es muy compleja y vivimos diariamente este tipo de ataques hacia personajes de todo tipo, a veces muy lejanos y con la consiguiente sensación de levedad e impunidad, ya que seguramente esos comentarios nunca lleguen al personaje en cuestión. Sin embargo, cuando el comentario es sobre alguien cercano, como puede ser un profesor, un compañero, una amiga, un familiar... el escenario es muy distinto. Como muy acertadamente recuerda Cecilia, "La calumnia es un vientecito, como una suave brisa que ligera y suavemente ha empezado a susurrar.", un comentario desacertado puede tener consecuencias insospechadas. Os pongo un ejemplo, recuerdo una ocasión que hablando con un amigo en un autobús sobre un profesor (mal no, pero tampoco bien), un hombre sentado delante de nosotros se giró a mitad de trayecto y nos dijo: "Hola chicos, no he podido evitar escuchar vuestra conversación y solo quería deciros que tengáis cuidado con lo que decís, no sabéis quién podría estar escuchándoos." Según nos explicó posteriormente, era compañero de dicho profesor y tras la advertencia que menciono (que dijo con un tono grave y severo), os aseguro que nunca he vuelto a hablar con ligereza de alguien. En resumidas cuentas, hablar sobre las demás personas es normal, todo el mundo lo hace. Sin embargo, la clave en ello es el respeto y la empatía hacia la persona de la que hablemos. Efectivamente, pensar que el objeto de las críticas podríamos ser cualquiera de nosotros es una herramienta efectiva a tal efecto.

    Me gustaría acabar con una reflexión que compartió conmigo una profesora que tuve hace unos años. "Todo lo que te molesta de alguien tiene que ver contigo": a menudo nos enfadan actitudes o condiciones de los demás, e.g, me molesta que mi compañera saque mejores notas que yo, me molesta que mis padres me regañen, me molesta el carácter de cierta persona... A veces estas molestias nos llevan a injuriar sobre esta persona, pero la realidad es que estas molestias hablan más del que se queja que del objeto de ellas; es decir, en el caso de las notas puede ser por una autoestima mal entendida, en el caso de los padres, una falta de autocrítica y si te molestia el carácter de alguien, es porque en el fondo quizás reconozcas tus defectos en él...

    Un saludo

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