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domingo, 5 de abril de 2020

C DE CUCHILLO, DICCIONARIO DE MÚSICA Y EMOCIONES

Los afiladores son tan antiguos como el uso de los metales, necesarios para mantener cuchillos y otras herramientas en buenas condiciones. Observa que tu sacapuntas no corta si la cuchilla está mellada. Aunque hoy en día vemos pocos afiladores en nuestras calles, seguro que tus abuelos aún recuerdan la particular melodía del silbato con que anunciaban su llegada no hace tanto: "¡El afilador!, ¡Se afilan tijeras y navajas!".(http://www.museocuchilleria.es/el-afilador/)
Hace unos días el periódico El País dedicó una página a uno de los pocos afiladores ambulantes que aún quedan y que ejerce el oficio en Alcorcón. (https://elpais.com/espana/madrid/2020-03-23/todo-lo-que-tenga-punta-y-filo-hay-que-afilarlo.html)
Se llama Jesús Galache y "pasa sus días entre cuchillos, hachas y tijeras puliéndolas en su furgoneta taller (...) Todos lo conocen entre las carnicerías de los mercados de Madrid. Cuando llega canastilla en mano, sin decir nada los dependientes le entregan sus armas de trabajo. Galache los lleva a su taller móvil y los afila. Unos minutos después vuelve a hacer el recorrido entregando a cada cliente su cuchillo listo para cortar"
Galache habla de la dureza y dificultad de su trabajo, que tardó años en dominar, y afirma que lo más importante de cada cuchillo es el sonido que produce: 

"te dice hasta dónde puedes llegar. Pero siempre he pensado que cuanto más arriesgues a estropearlo todo, mejor te queda".
En cierto modo los seres humanos somos también cuchillos.
A menudo nos falta filo, no hemos salido bien preparados para las tareas que nos toca afrontar. Lo hicimos bien en cierta ocasión y esta vez en cambio fallamos. Como cuchillos que asestan su golpe todos los días, no es suficiente con lo que hicimos ayer. Mantenerse afilado es un reto diario. La educación, la compasión, el esfuerzo y el coraje son nuestras piedras de afilar y tendremos que aprender a escuchar el sonido que producen. Nos dice el afilador que a veces hay que arriesgarse a estropearlo todo, y es cierto. En estos días tristes, que nos ponen al límite de lo que podemos soportar, observemos atentamente qué clase de calor templa nuestros corazones y aprovechemos para afilarnos como el cuchillo noble que queremos ser, para que cuando salgamos de nuevo a la calle podamos ayudar a construir un mundo mejor. "Tengo un hijo de tres años"-nos cuenta Jesús-"y ya está aprendiendo a afilar".

He escuchado al afilador en mi barrio en muy pocas ocasiones, anunciando su llegada con una música como salida de una especie de flauta de pan. Y me ha sorprendido y emocionado que todavía pueda permanecer una profesión tan tradicional en un mundo en el que la digitalización lo es todo. Lo mismo me ha sorprendido comprobar que en un situación tan grave como la que actualmente tenemos, y a pesar del confinamiento, he aprendido a "afilar" mi personalidad, he aprendido a ser mejor, a valorar lo que tengo, a tener paciencia y fortaleza, a esforzarme más en mis estudios, a saber escuchar y a saber entender. Como el afilador, he utilizado mis herramientas para afilarme a mí mismo e intentar sacar lo mejor de mí. Espero que cuando todo acabe, no me olvide nunca lo que ha pasado. Mario, 3º ESO

Aunque ahora estamos muchos días aislados en casa tenemos que seguir "afilando" nuestra personalidad para que cuando salgamos podamos producir un sonido agradable a los demás, siendo generosos y amables Adrián, 3º ESO

12 comentarios:

  1. Hola Cecilia, soy Adrián Borjas Ayllón de 3ºA. Me ha parecido muy interesante este artículo y cómo nos podemos comparar a un cuchillo que depende de lo bien afilados que estemos, podemos producir un sonido agradable o no. Por eso, aunque ahora estamos muchos días aislados en casa tenemos que seguir "afilando" nuestra personalidad para que cuando salgamos podamos producir un sonido agradable a los demás, siendo generosos, amables, etc...

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  2. Buenas señorita Cecilia soy Óscar Tablero Platas de 2°A. Todos sabemos que es un cuchillo pero no todos sabemos cómo hay que cuidarlos, y al igual que las personas necesitan unos cuidados para que corten bien. En realidad todo objetivo y ser vivo necesita sus cuidados por eso antes de comprarte un perro tienes que pensar que lo tienes que cuidar y no abandonar cuando nos vallamos de vacaciones. Un cuchillo hay que cuidarlo también, como un instrumento o un coche. El cuchillo desde la edad de los metales nos ha sido útil a los seres humanos para cazar, cortar, pelar... Pero este necesita unos cuidados. Con la evolución de este se ha ido mejorando hasta crear un empleo especializado en cuchillos. Pero desgraciadamente este trabajo como muchos otros están desapareciendo por qué muchas veces es más fácil, rápido y barato comprarlo en una tienda. Por eso para ayudar a estos trabajos tenemos que hacerles publicidad entre las personas conocidas que tengas ya que si ponemos todos un granito de arena podremos con todo.
    Un saludo y hasta pronto.

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  3. Hola Cecilia, soy Mario Campos de 3º A. Yo he escuchado al afilador en mi barrio, en muy pocas ocasiones, anunciando su llegada con una música como salida de una especie de flauta de pan. Y me ha sorprendido y emocionado que todavía pueda permanecer una profesión tan tradicional en un mundo en el que la digitalización lo es todo. Lo mismo me ha sorprendido comprobar que en un situación tan grave como la que actualmente tenemos, y a pesar del confinamiento, he aprendido a "afilar" mi personalidad, he aprendido a ser mejor, a valorar lo que tengo, a tener paciencia y fortaleza, a esforzarme más en mis estudios, a saber escuchar y a saber entender. Como el afilador, he utilizado mis herramientas para afilarme a mí mismo e intentar sacar lo mejor de mí. Espero que cuando todo acabe, no me olvide nunca lo que ha pasado pues me ayudará a seguir afilando mi personalidad para ser mejor. Mario.

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    1. Me asombra la valentía y la lucidez de tu comentario. Muchas gracias, Mario.

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  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  5. Hola Cecilia, soy Nerea Díaz García, alumna de 3ºA.
    El oficio de afilador es uno de los muchos oficios que se están perdiendo hoy en día. Es importante mantener las tradiciones aunque sigamos avanzando en la ciencia y la tecnología, porque son parte de nuestra historia.
    Cuando estoy en mi pueblo oigo todos los días al afilador con su furgoneta. Es un sonido que muchos días me ha despertado por la mañana, pero que si me paro a pensarlo, es algo que me hace feliz porque significa que en los pueblos todavía no se han perdido este y muchos otros trabajos importantes.
    Durante este confinamiento estoy aprendiendo a afilar mi personalidad, porque a veces cuando me pasa algo lo pago con las personas más cercanas que tengo aunque no tengan la culpa. Pero ahora cada vez que necesito salir porque no aguanto más, en vez de enfadarme o entrarme la ansiedad por querer salir de casa, me paro y pienso que todo esto lo estamos haciendo por un bien común, el de ganar la batalla al coronavirus, y gracias a que me quedo en casa contribuyo un poco a lograrlo.
    También estoy creando bonitos recuerdos con mi familia porque hago cosas con ella que no había hecho antes. Pasar tiempo con la familia también ayuda a afilar un poco más la personalidad, ya que te das cuenta de lo que de verdad importa y de lo que te hace feliz.
    Un abrazo y espero que todos estéis bien, Nerea.

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    1. Hola Nerea, preciosa, me gusta mucho tu reflexión sobre el bien común. Ya conoces mi admiración por los estoicos. Las meditaciones de Marco Aurelio de las que hablamos en clase se vuelven más necesarias que nunca, cuando dice "no es dañino para ti si contribuye al bien de todos" Pues eso. Un beso, amiga mía.

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  6. Hola Cecilia, soy Mario Navarro de 3ºA, me gustaría dar mi opinión sobre un tema que ha dicho Óscar Tablero. Él ha comentado que el oficio de afilador se está perdiendo porque resulta mucho más fácil comprar otro cuchillo, estoy totalmente de acuerdo pero tengo una cosa que decir al respecto. Poca gente conoce que para que una persona tenga, como es en este caso, un cuchillo nuevo ha habido personas que han sido explotadas para extraer los minerales de una mina por un sueldo que no les alcanza ni siquiera para comprar un rollo de papel higiénico, sin hablar de todo el esfuerzo físico que supone cavar y cavar para encontrar algo que lo podrías vender por más precio de lo que ganas al mes. Después cuando las fábricas compran el mineral y se decantan por el que tiene un precio bajo, obviamente, pero sin tener en cuenta que en el lugar dónde se ha producido esa materia prima el sueldo mínimo es insuficiente para vivir una vida cómoda. Además en las poblaciones en las que se da a cabo esta situación suelen ser sitios con una tasa de natalidad muy elevada, por lo que un sueldo,por ejemplo, de 150€ al mes no es suficiente para una familia de 6 o 7 personas. Lo que sí que me parece injusto de estas empresas es que después venden el producto 3 o 4 veces más caro de lo que les ha costado producirlo. Por tanto, a veces hay que pensar si de verdad necesitamos un nuevo cuchillo o, en cambio, lo podemos arreglar aunque sea más caro. Todo esto ocurre también con los móviles, la necesidad de comprar un nuevo móvil aunque el nuestro esté en perfectas condiciones, a esto se le denomina obsolescencia percibida.
    Se que es un tema que no tiene ninguna relación con la asignatura de música, pero sentía la necesidad de comentarlo porque pienso que es muy importante que las personas sepan el proceso que se sigue para que tengamos algo a la moda o algo nuevo.
    Muchas gracias por leerme, un saludo

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    1. Hola Mario, qué interesante tu comentario. La asignatura de música es sólo un camino para explorar formas mejores de estar en el mundo. Me encanta lo que has escrito. Un abrazo, mi pequeño estoico. Sigue así.

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  7. Hola profe, soy Irene González de 3C, es cierto que las personas somos como los cuchillos ya que poco a poco al principio nos afilan nuestros padres pero cuando crecemos nos afilados solos con nuestras destrezas que ellos nos han enseñado, en es cuarentena he aprendido a afilarme sola y saber que me he ido oxidando durante el curso por no querer usar un libro con el que seguir mis metas para seguir usando mi cuchillo, es un texto muy interesante ya que nos comara con algo que usamos todos los días pero ninguno nos habíamos dado cuenta de que éramos igual que ellos.

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