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lunes, 7 de diciembre de 2020

F DE FELICIDAD, DICCIONARIO DE MÚSICA Y EMOCIONES

BUENOS DÍAS, TESOROS.

ESCRIBO UN LUNES EN LUGAR DE UN DOMINGO PORQUE AYER desconfinaron la zona en la que vive mi padre, y me fui a verle. Ocasión que me llenó de felicidad, ahora que la pandemia ha limitado tanto nuestra movilidad y nuestros contactos. En la casa familiar me encontré también con el piano en el que aprendí a tocar, ya muy viejito el pobre pero tan bonito como siempre, con las estanterías a rebosar de discos y partituras, con las sobrias flores del ya casi invierno. De nuevo, Felicidad con mayúsculas, contenida en los recuerdos de una infancia con pocos recursos económicos pero llena de amor y de música. 

Al regreso pienso en que tengo que escribir estas líneas, y no se me ocurre nada mejor que tratar de explicaros que un niño es feliz cuando tiene comida, una camita en la que acurrucarse a la noche, y recibe palabras de apoyo y afecto cuando lo necesita. Los deseos pueden esperar, y no siempre nos hacen felices. Aprender a leer, aprender a tocar el piano, salir al campo y tratar de alcanzar la luna porque te parece que está cerca, muy cerca... no son experiencias costosas, son experiencias valiosas, y su valor no es monetario. Vuelves la vista atrás y resulta que son las únicas que importan, las que de verdad nos hicieron felices. Feliz Navidad.

Escribir ahora sobre la felicidad es algo...difícil. En la entrada pasada, hablaste sobre la familia. Sin familia no podríamos ser felices y, si nos paramos a pensarlo, durante el confinamiento (e incluso ahora) estuvimos separados de nuestros seres queridos. No éramos (y tal vez no somos) felices separados de las personas a las que más queremos, no somos felices sabiendo que sufre mucha gente cada día a causa de esta pandemia. Pero tampoco debemos vivir pensando en el lado negativo de las cosas. Vamos al instituto, vemos a nuestros amigos, alumnos, profesores. Volvemos a casa: nada como una buena partida de "Monopoly" para liberarse un poco del estrés. Estamos viviendo algo excepcional. También estamos empezando a darnos cuenta de lo que es realmente importante. Teresa, 3º ESO

Recuerdos bonitos, felices, yo también tengo. Casi todos son del pasado en los que estaba con mis abuelos, las personas que más quiero en este mundo, y en ellos no aparece el dinero. Como decía mi bisabuela "poderoso Don Dinero nunca hace amigos". Hay que vivir los momentos felices y olvidarse de los problemas aunque sea un poquito y, bueno, creer en nuestros sueños mientras podamos. Óscar, 3º ESO

2 comentarios:

  1. ¡Cecilia, qué bonito escribes!! Con tu reflexión me has llevado a mi infancia de la que tengo recuerdos de la misma felicidad que tu, no muchas cosas materiales pero con todo el apoyo y ánimo de mis padres. Mi padre ya no está y le recuerdo cada dia desde hace 17 años, mi madre vive sola pero sigue apoyándonos en todo lo que hacemos, eso mismo intentamos en casa, qué nuestros hios recuerden su infancia y adolescencia como una etapa feliz.
    ¡Feliz lunes festivo!!

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  2. Buenas tardes, Cecilia. Soy Teresa Montesino, de 3ºB.
    Escribir ahora sobre la felicidad es algo...dificil. En la entrada pasada, hablaste sobre la familia. Sin familia no podríamos ser felices y, si nos paramos a pensarlo, durante el confinamiento (e incluso ahora) estuvimos separados de nuestros seres queridos. No éramos (y tal vez no somos) felices separados de las personas a las que más queremos, no somos felices sabiendo que sufre mucha gente cada día a causa de esta pandemia...
    Pero tampoco debemos vivir pensando en el lado negativo de las cosas, sino también pensar en lo positivo. Vamos al instituto, vemos a nuestros amigos, alumnos, profesores...volvemos a casa y vemos a nuestros padres. Por la tarde podemos quedar con nuestros amigos, jugar a nuestros videojuegos favoritos, ver la tele o juegar a algún juego de mesa con nuestros padres y hermanos (nada como una buena partida de Monopoly para liberarse un poco del estrés).
    Estamos viviendo algo excepcional, algo que tal vez algunos no volvamos a vivir...pero también estamos empezando a darnos cuenta de lo que es realmente importante, de que tal vez con muy poco podemos llegar a ser felices.
    Ya me despido, y aquí dejo mi consejo de esta semana: "Todas las batallas en la vida sirven para enseñarnos algo, inclusive aquellas que perdemos".

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