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domingo, 20 de diciembre de 2020

F DE FUEGOS ARTIFICIALES, DICCIONARIO DE MÚSICA Y EMOCIONES

"Al tenerlo todo a nuestro alcance, nos olvidamos de que algo puede ser más valioso de lo que pensamos" Teresa  M., 3º ESO

 A mediados del siglo XVIII el rey Jorge II encargó al compositor George Frideric Handel la música para los festejos con que se celebró en Gran Bretaña el final de la guerra de sucesión austriaca. Esta guerra había afectado a la mayor parte de las potencias de Europa, y la composición refleja la alegría del acuerdo de paz. Se compuso para ser escuchada al aire libre, mientras hermosos cohetes iluminaban los cielos de Londres. Miles de personas contemplaron los fuegos artificiales en las calles, y los más afortunados pudieron escuchar una música que hoy está a nuestro alcance en cualquier momento y en dispositivos que caben en el bolsillo.

Cierto es que a lo largo de los siglos, música bellísima se había escuchado en los templos europeos, y los fieles creyentes que acudían a los servicios religiosos escuchaban partituras de enorme calidad aunque no pertenecieran a las clases altas. Pero este otro momento que os cuento, en que la música  de las fiestas regias sale a la calle, me parece el comienzo de un mundo distinto, que no mucho después (en 1789) se consolidaba a sangre y fuego durante la Revolución Francesa.

Cuando imparto mis clases de Historia de la Música, no dejo de pensar en la maravilla que es este acceso democrático a las obras maestras de todos los tiempos. Pensadas y encargadas para los reyes y poderosos, hoy son nuestras también. Están a nuestro alcance con sólo que les prestemos atención. Ya no necesitamos muchísimo dinero para "comprarlas", ni esperamos a que un rey nos las regale. Soberanos de nuestro propio destino, tenemos los manjares a nuestro alcance. Basta con sentir interés, curiosidad. Esa curiosidad se despierta en el aula. Música de todos, para todos. Igualdad, libertad, fraternidad.


La profe en el piano de su domicilio interpreta Haendel, Impertinence (HWV 494)

4 comentarios:

  1. ¡Preciosa pieza, Cecilia! Y la reflexion me ha encantado, otra perspectiva de la democracia en la que yo no habia caido y que demuestra la importancia de la interdisciplinariedad del conocimiento. Gracias

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  2. Buenas tardes, Cecilia. Soy Teresa Montesino, de 3ºB.
    Antes, los objetos, las experiencias, la musica...se apreciaban y valoraban mucho más que ahora. Al tenerlo todo a nuestro alcance, nos olvidamos de que algo puede ser más valioso de lo que pensamos. Esto no solo lo podemos ver comparando el pasado con el presente. También se ve claramente con mirar a las distintas partes del mundo. Por ejemplo, cada vez que tiramos comida simplemente porque no nos gusta, posiblemente no estamos pensando en aquellas personas que no tienen nada para comer. A ellos no les importa si les gusta o no la comida, simplemente quieren algo que meterse en la boca.
    Cuando escuchamos una canción, puede alegrarnos, entristecernos...puede transmitirnos muchisimas sensaciones. A veces no lo valoramos, pero tal vez algo pequeño, que parece insignificante o que ni siquiera le damos importancia, puede significar mucho para otros.
    Aquí paro por hoy, pero no me olvido de mi consejo: "Tenemos mucho en común, la misma tierra, el mismo aire, el mismo cielo...quizá si empezáramos a mirar lo que tenemos en común en vez de lo que nos hace diferentes, bueno, quién sabe..."

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    Respuestas
    1. Me llega al alma todo lo que escribes, Teresa. Muchísimas gracias.

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