Buscar este blog

domingo, 28 de mayo de 2023

T DE TRANSFORMACIÓN, DICCIONARIO DE MÚSICA Y EMOCIONES

 

Para los antiguos griegos Apolo, el dios músico que tocaba la lira, era sinónimo de perfección y armonía. Poderoso y seductor, tuvo muchos amoríos pero, como es natural, también sufrió por no ser correspondido. El título de la primera ópera de la que tenemos noticia, Dafne, lleva el nombre de la bella que le rechazó. La historia es como sigue.

Apolo se había burlado del joven Eros, llamándole afeminado. Éste, en venganza, disparó una flecha de hierro al corazón de Dafne y otra de oro al corazón del dios. Así Apolo se enamoró de la ninfa, mientras ella sintió rechazo. Se inició entonces una persecución durante la cual Dafne "se convirtió en corteza de árbol, su cabello en hojas y sus brazos en ramas. Dejó de correr ya que sus pies se enraizaron en la tierra. Apolo abrazó las ramas, pero incluso éstas se redujeron y contrajeron. Como ya no la podía tomar como esposa, le prometió que la amaría eternamente y que sus ramas coronarían las cabezas de los héroes" (1)

La transformación de Dafne se ha interpretado  a menudo como el triunfo de la castidad frente a la lujuria. Mucho más interesante es la revisión del mito que el psicoterapeuta Thomas Moore nos ofrece en su ensayo "Las relaciones del alma" (2) y que tiene que ver con la educación. Se compara él mismo con el dios Apolo cuando, en sus tiempos de profesor, se veía en un aula ante docenas de jóvenes estudiantes que se agitaban incómodos en sus asientos: "preferían su forma de pensar y de vivir, ingenua y no cultivada, antes que las veneradas tradiciones del sistema. Es innegable que hay cierta sabiduría en este retraimiento de la conquista intelectual, algo sincero y orientado a la propia preservación. La educación es un terreno en el que la historia de Dafne y Apolo se representa todos los días".

Me impresiona esta perspectiva sobre la realidad de la docencia, actividad tantas veces convertida en amarga pelea. La mirada comprensiva de Moore nos recuerda que aprender es un proceso complejo y exigente del que sentimos deseos de huir. Pero nuestra aparente libertad tiene un precio. Si no nos dejamos educar, echamos raíces y dejamos de correr. El precio de "quedarnos como estamos" es la inmovilidad. La vida es un proceso de transformación. Por mucho que nos incomode, la persecución que sufrimos  como estudiantes nos mueve gradualmente hacia una nueva versión de nosotros mismos. Podemos pactar íntimamente qué es lo que sentimos como irrenunciable, pero aún así notaremos cambios asombrosos:  los torpes se vuelven listos, los tímidos aprenden a hablar en público, los inseguros ven crecer su autoestima. Pero los que no tienen la oportunidad de aprender nada, o la desdeñan,  agitan para siempre sus brazos convertidos en ramas  mientras los demás han aprendido a caminar. Transformarse es inevitable, ahora toca decidir en qué nos queremos convertir.

1) Apolo y Dafne

2) Thomas Moore, Las relaciones del alma, págs 45-46, Círculo de lectores, Madrid, 1995.

domingo, 21 de mayo de 2023

T DE TRISTEZA, DICCIONARIO DE MÚSICA Y EMOCIONES

 

En el origen de muchas palabras está el sonido. La palabra es el resultado de la imitación de un ruido. Cuando evocamos una tormenta nuestra lengua vibra y tiembla con esa r fuerte que unida a la letra t designa al trueno y que encontramos igualmente en palabras como trauma, tropiezo o la que hoy nos ocupa, tristeza. Así, designamos una emoción a partir de la percepción acústica: un trueno suena como sonaría (si tal cosa fuera posible) el alma al verse afectada por las turbulencias de la vida. Lo explica Ivonne Bordelois en su libro "Etimología de las pasiones" (1):

"podemos plantear la siguiente hipótesis acerca del origen de lo triste y sus posteriores derivaciones. Primero se da la experiencia física del temblor; después, los ruidos que se le asocian, originados en las tareas y en los instrumentos que conllevan vibración (...) luego se daría la extensión a experiencias y hechos psíquicos (...) el estado de ánimo "triturado", triste."

La lingüística tiende aquí un puente fascinante entre lo que oimos, lo que sentimos, y cómo lo nombramos. La tremenda tarea de comprendernos a nosotros mismos se facilita si percibimos nuestra tristeza como un temblor íntimo. Algo nos agita y nos sacude, impidiendo la estabilidad necesaria para que la esperanza arraigue. La tristeza está próxima a la depresión, palabra amiga de los verbos presionar, apretar y prensar. Por eso no conviene dilatar mucho en el tiempo la experiencia de lo que nos resulta triste o nos causa tristeza.

Lejos de mi intención promover aquí una negación de esas emociones que forman parte de toda existencia y que deben conocerse y aceptarse, de la melancolía al sufrimiento. Sin embargo, podemos intentar no encariñarnos demasiado con nuestras tristezas. Así, cuando alguien nos pregunta "¿cómo estás?" responder "mejor" en lugar de "triste".  Colocar la r en la sílaba final y no en la primera desplaza y suaviza el temblor, y nuestra experiencia íntima también se serena. Porque al igual que las tormentas pasan, nuestros estados de ánimo también son cambiantes. Cuando los vamos conociendo, los manejamos con mayor soltura, serenidad e inteligencia. ¿Mejor?

1) Ivonne Bordelois, Etimología de las pasiones, Libros del Zorzal, Buenos Aires, 2027.

domingo, 14 de mayo de 2023

T DE TONY LEBLANC, DICCIONARIO DE MÚSICA Y EMOCIONES

 

Tony Leblanc (Madrid 1922-2012)​ fue en su momento un actor y comediante enormemente popular. Escribió un libro de memorias (1) en el que encontramos numerosas referencias a los cantantes y bailarines con los que colaboró, a las revistas musicales en las que participó, a las canciones de sus películas. Tuvo una formación prácticamente autodidacta. Una chica que había estado en América le enseño a bailar cuando era pequeño. A los 18 años  se presentó a un concurso de claqué en el circo Price de Madrid y ganó. "A día de hoy, contaba con guasa después de más de medio siglo, creo que aún soy el campeón puesto que no se ha vuelto a celebrar ningún certamen nacional de este tipo". El baile, las canciones y la música están presentes a lo largo de todo el libro. Pero es en una anécdota del servicio militar donde se pone de relieve la capacidad de seducción que la música ejerció sobre él, y de qué forma las melodías nos vinculan a aquellos a los que más amamos.


El capítulo 3, titulado "La llamada del ejército", empieza explicando que en aquella época la mili era, además de obligatoria,  "una cosa muy seria". Poco se necesitaba para irritar a un mando superior, y ser sancionado. Así recuerda su primera guardia, un 24 de diciembre. Desde la garita, escuchó a un grupo de jóvenes que iban cantando "Esta noche es Nochebuena y mañana Navidad...":
 Todo mi cuerpo se estremeció. Todas las nochebuenas de mis veinte años de vida las había pasado con mis padres. Sin pensar en el riesgo que corría, me monté en el metro para ir a ver a mis padres a casa. En el vagón íbamos pocos, pero los demás pasajeros no me quitaban el ojo de encima al verme de tal guisa, con el casco, las cartucheras y el fusil (...) Con este aspecto me apeé en la estación y me dirigí hacia mi casa (...) Mi madre dio un salto de alegría cuando crucé la puerta y me comió a besos; mi padre, muy extrañado, me preguntó:

- ¿Dónde vas así?

- Es que estoy de guardia en el cuartel y como es Nochebuena he venido a estar un ratito con vosotros.

Mi madre estaba encantada:

- ¡Muy bien, hijo mío! Quítate el uniforme y siéntate, que te voy a dar algo calentito y después te acuestas.

Mi padre gritó:

- ¿Que se acuesta? ¡Ahora mismo te estás volviendo a tu guardia!"

Me parece preciosa esta página, donde la reacción del chaval al oir la melodía de su infancia y el amor de los padres plasmado en la alegría de ella y la preocupación de él expresan de forma magistral qué pocas cosas nos mueven en la vida. Un lugar al que volver, y la memoria en forma de canción, poema o perfume. "Ésta es mi vida", es el título del libro. Ésta es la vida, en general, querido Tony. Al menos, la que merece recordarse.

La música puede hacerte recordar sucesos pasados que son importantes para ti o que te han dejado una huella muy profunda. La música es un tesoro porque, además de hacerte recordar (...) también te da energía y fuerzas para continuar. Raquel 1º ESO

1)Tony Leblanc, Ésta es mi vida, Temas de Hoy, Madrid, 1999 

sábado, 6 de mayo de 2023

S DE SINESTESIA, DICCIONARIO DE MÚSICA Y EMOCIONES

  Continúo mi entrada anterior al abordar hoy una alteración de los sentidos conocida como "sinestesia". Sinestésicas  son aquellas personas  que cuando perciben un estímulo sensorial lo confunden o lo asimilan a otro. Por ejemplo, cuando un sinestésico escucha una nota musical, la nota no sólo se aprecia tonalmente sino que además tiene sabor o color: "Puede tener un sabor fresco, a sandía, o puede verla de color verde limón". Así, las personas con sinestesia pueden ver colores cuando escuchan música (1)


Hace más de 100 años que el compositor Alexander Scriabin escribió una sinfonía cuya partitura aparece junto a una escala de colores que él percibía al imaginar la obra. "Prometeo, poema de fuego" debía interpretarse con su acompañamiento visual de colores pero en su momento se estrenó sólo con música, y no es habitual que las salas de conciertos ofrezcan esta  experiencia completa. Una pena pues Scriabin era, nunca mejor dicho, un visionario. Actualmente, ya existe la tecnología para traducir a imágenes visuales el sonido. Iluminet es un sistema que convierte en luz tonos y dinámicas a través de LEDs. La luz es el lenguaje, la forma de comunicación. Así, los sordos pueden "ver" la música. Y los que tenemos la suerte de oir y ver a la vez, ampliamos nuestro rango de comprensión de la realidad.

Es impresionante saber que el gran compositor Georg Friedrich Haendel estaba ciego cuando estrenó su oratorio "Sansón": "que se haga la luz -canta el protagonista de la obra- y la luz estuvo presente". Aquí tenemos el ejemplo contrario, el músico privado de la vista evoca con su música la claridad perdida, y combate con sonidos una oscuridad que gracias a la música ha dejado de ser completa.

La historia de la música y la historia del arte en general está llena de creadores que supieron encarar sus rarezas y limitaciones y transformarlas en obras maestras. Sus locuras y manías, a menudo provocadas por una manera distinta de percibir la realidad, les permitieron crecer como artistas y como seres humanos. Pienso que casi todo el mundo en algún momento se ha sentido extravagante o ridículo al advertir matices en una situación que alrededor nadie más parecía sentir. Tal vez sean esas ocasiones las más propicias para dar rienda suelta a nuestra imaginación, abrazar nuestra diferencia, y más que raros sentirnos libres y felices porque notamos el calor de una sonrisa, la dulzura de una mirada, la frialdad de la indiferencia, el azul de una sonata, el brillo de la inteligencia o la luz del alma. 

1) Juan Lupiáñez, Alicia Callejas en el libro Sinestesia: el color de las palabras, el sabor de la música, el lugar del tiempo- citado en Sinestesia