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sábado, 6 de mayo de 2023

S DE SINESTESIA, DICCIONARIO DE MÚSICA Y EMOCIONES

  Continúo mi entrada anterior al abordar hoy una alteración de los sentidos conocida como "sinestesia". Sinestésicas  son aquellas personas  que cuando perciben un estímulo sensorial lo confunden o lo asimilan a otro. Por ejemplo, cuando un sinestésico escucha una nota musical, la nota no sólo se aprecia tonalmente sino que además tiene sabor o color: "Puede tener un sabor fresco, a sandía, o puede verla de color verde limón". Así, las personas con sinestesia pueden ver colores cuando escuchan música (1)


Hace más de 100 años que el compositor Alexander Scriabin escribió una sinfonía cuya partitura aparece junto a una escala de colores que él percibía al imaginar la obra. "Prometeo, poema de fuego" debía interpretarse con su acompañamiento visual de colores pero en su momento se estrenó sólo con música, y no es habitual que las salas de conciertos ofrezcan esta  experiencia completa. Una pena pues Scriabin era, nunca mejor dicho, un visionario. Actualmente, ya existe la tecnología para traducir a imágenes visuales el sonido. Iluminet es un sistema que convierte en luz tonos y dinámicas a través de LEDs. La luz es el lenguaje, la forma de comunicación. Así, los sordos pueden "ver" la música. Y los que tenemos la suerte de oir y ver a la vez, ampliamos nuestro rango de comprensión de la realidad.

Es impresionante saber que el gran compositor Georg Friedrich Haendel estaba ciego cuando estrenó su oratorio "Sansón": "que se haga la luz -canta el protagonista de la obra- y la luz estuvo presente". Aquí tenemos el ejemplo contrario, el músico privado de la vista evoca con su música la claridad perdida, y combate con sonidos una oscuridad que gracias a la música ha dejado de ser completa.

La historia de la música y la historia del arte en general está llena de creadores que supieron encarar sus rarezas y limitaciones y transformarlas en obras maestras. Sus locuras y manías, a menudo provocadas por una manera distinta de percibir la realidad, les permitieron crecer como artistas y como seres humanos. Pienso que casi todo el mundo en algún momento se ha sentido extravagante o ridículo al advertir matices en una situación que alrededor nadie más parecía sentir. Tal vez sean esas ocasiones las más propicias para dar rienda suelta a nuestra imaginación, abrazar nuestra diferencia, y más que raros sentirnos libres y felices porque notamos el calor de una sonrisa, la dulzura de una mirada, la frialdad de la indiferencia, el azul de una sonata, el brillo de la inteligencia o la luz del alma. 

1) Juan Lupiáñez, Alicia Callejas en el libro Sinestesia: el color de las palabras, el sabor de la música, el lugar del tiempo- citado en Sinestesia

2 comentarios:

  1. Hola, soy Raquel de 1ºB, hace bastante que no comento en tu blog. Tenía ganas de comentar sobre el asunto y agradecerte el contenido del blog porque no solos publicas artículos únicamente relacionados con la música de forma aburrida y repetitiva, si no que en cada publicación tuya se aprende algo nuevo sobre la música. Te lo agradezco ya que esta publicación es muy interesante porque yo no conocía este hecho. Resulta interesante como hay personas que sienten las notas musicales como sabores o colores, en cierto modo porque no es muy frecuente. Los sinestésicas tienen que tener más desarrollados los sentidos por lo que cuentas en esta publicación. Además de que esto lo padecieran algunos músicos, como mencionas, es una prueba de que la música se puede relacionar o recordar a objetos, colores, imágenes... Esto no es malo sino todo lo contrario, te hace especial y tienes que recordarlo, bueno en realidad todos somos especiales, cada uno con sus cosas. Llevas toda la razón en que cuando te sientes así tienes que sacar una sonrisa porque eres tú y tienes tus cosas que son lo que te hace ser tú.
    Un saludo,
    Raquel.

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