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domingo, 21 de mayo de 2023

T DE TRISTEZA, DICCIONARIO DE MÚSICA Y EMOCIONES

 

En el origen de muchas palabras está el sonido. La palabra es el resultado de la imitación de un ruido. Cuando evocamos una tormenta nuestra lengua vibra y tiembla con esa r fuerte que unida a la letra t designa al trueno y que encontramos igualmente en palabras como trauma, tropiezo o la que hoy nos ocupa, tristeza. Así, designamos una emoción a partir de la percepción acústica: un trueno suena como sonaría (si tal cosa fuera posible) el alma al verse afectada por las turbulencias de la vida. Lo explica Ivonne Bordelois en su libro "Etimología de las pasiones" (1):

"podemos plantear la siguiente hipótesis acerca del origen de lo triste y sus posteriores derivaciones. Primero se da la experiencia física del temblor; después, los ruidos que se le asocian, originados en las tareas y en los instrumentos que conllevan vibración (...) luego se daría la extensión a experiencias y hechos psíquicos (...) el estado de ánimo "triturado", triste."

La lingüística tiende aquí un puente fascinante entre lo que oimos, lo que sentimos, y cómo lo nombramos. La tremenda tarea de comprendernos a nosotros mismos se facilita si percibimos nuestra tristeza como un temblor íntimo. Algo nos agita y nos sacude, impidiendo la estabilidad necesaria para que la esperanza arraigue. La tristeza está próxima a la depresión, palabra amiga de los verbos presionar, apretar y prensar. Por eso no conviene dilatar mucho en el tiempo la experiencia de lo que nos resulta triste o nos causa tristeza.

Lejos de mi intención promover aquí una negación de esas emociones que forman parte de toda existencia y que deben conocerse y aceptarse, de la melancolía al sufrimiento. Sin embargo, podemos intentar no encariñarnos demasiado con nuestras tristezas. Así, cuando alguien nos pregunta "¿cómo estás?" responder "mejor" en lugar de "triste".  Colocar la r en la sílaba final y no en la primera desplaza y suaviza el temblor, y nuestra experiencia íntima también se serena. Porque al igual que las tormentas pasan, nuestros estados de ánimo también son cambiantes. Cuando los vamos conociendo, los manejamos con mayor soltura, serenidad e inteligencia. ¿Mejor?

1) Ivonne Bordelois, Etimología de las pasiones, Libros del Zorzal, Buenos Aires, 2027.

3 comentarios:

  1. Hola profe
    Soy Alejandro1B y me ha parecido muy interesante como has explicado el sentimiento de la tristeza, y también el uso de la r y la t
    Un saludo y buen fin de semana

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  2. Hola, soy Raquel de 1ºB, perdón por las horas. Esta publicación me recuerda a cuando éramos niños pequeños y nos enseñaban los sonidos de las letras. No siempre era fácil pronunciarlas, pero a base de esfuerzo lo conseguimos.
    Estoy de acuerdo con usted, la tristeza se evoca en la vibración de nuestra lengua al pronunciar palabras como trauma, trueno, o como el tema del texto, la tristeza. Esta palabra es procedente del latín, tristitia, que igual que la de ahora evoca melancolía. La tristeza es cuando nuestro corazón se decae y siente dolor, y ese dolor se evoca en las lágrimas que de vez en cuando nos recorren la cara hasta mojárnosla. Es una emoción de dolor, desconsuelo, aflicción, etc., que habitualmente se representa con el color azul. Quisiera recordar que estar triste no es malo y que somos seres humanos por lo que no somos perfectos, tenemos problemas, los cuales expresamos con las emociones que los animales podemos manifestar con nuestra cara, brazos, piernas..., todo nuestro cuerpo. Además no dejes vencer a la tristeza y saca la positividad, la alegría.
    Un saludo,
    Raquel.

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  3. Hola profe.Soy Andrés Luengo de 1B.La publicación me a parecido muy interesante como has explicado el uso de la T.
    Un saludo.

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