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domingo, 9 de marzo de 2025

Qué tontos los que no se detienen

 "En Argentina es raro darle el paso al peatón. Y por eso lo hago. Cuando voy en el coche, me detengo paciente y la gente agradece. Agradece con la mano, o con la palabra, o con la sonrisa. Yo asiento desde mi butaca y me llevo ese regalo injusto, pero regalo al fin. Hoy, una madre con su niña, que llevaba en su espalda una mochila con dos orejas de perro anidadas, me agradeció desde la senda peatonal, y la pequeña repitió el gesto. Movió su manita hacia mí y me sonrió. Entonces volví de mi día gris un poco más contento a mi cas y pensé: qué tontos los que no se detienen. Ellos ganan diez segundos, yo gano mucho más" (1)



1) Andrés Pescuno. Buenos Aires (Argentina) Cartas a la directora, El País, pág 12, viernes 7 de marzo de 2025.

domingo, 23 de febrero de 2025

Tan callando, Antonio Muñoz Molina

 "A veces uno necesita el silencio como necesita un asmático un aire fresco y limpio que le inunde los pulmones. Una mañana de ese febrero soleado he viajado varias horas hacia el norte para sumergirme durante dos días enteros en un retiro de silencio, en una casa monástica pero no penitencial en una ladera que dominaba un valle atravesado por el fragor de un torrente, cerca del antiguo molino que aprovechaba la fuerza de esas aguas, y de una colina por la que un sendero alfombrado de musgo muy espeso ascendía hasta una ermita, en medio de un bosque de hayas y robles todavía con la desnudez del invierno, aunque en las praderas de hierba jugosa ya había estallado una policromía de pequeñas flores silvestres.

Del amanecer a la noche, durante esos dos días, he vivido entre un grupo numeroso de personas que permanecían tan en silencio como yo, compartiendo tareas y comidas, sin decir nada, sin necesidad de decir nada, pero unidos en una comunidad en la que cada uno tenía una presencia tan singular como los árboles del bosque (...) No nos hacía falta conocer opiniones o afinidades para sentir una fraternidad sin palabras" (1)


La ha quedado a Muñoz Molina un artículo precioso en el que, con su prosa fácil y precisa, pone de manifiesto el rigor quirúrgico con que percibe la realidad cuando toma algo de distancia. En un par de días "al norte", lejos de la dispersión del ruido y de la comunicación constante, emerge una forma de estar en el mundo más auténtica, basada en la presencia y la atención. En el silencio el pensamiento se asienta, la creatividad se regenera y la mirada se vuelve más aguda. Esto no es nuevo. Desde la pintura hasta la escritura y la música, muchos artistas han encontrado en el retiro y el silencio un punto de inflexión en su obra. Y no estamos hablando sólo de sonidos, sino de esa fraternidad entre humanos que que tanta falta nos hace. ¿Probamos?

 ¡Feliz domingo!


1) Las otras vidas, Antonio Muñoz Molina, El País, Opinión, pág 13 sábado 22 de febrero de 2025 Localizar en

2) Imagen "Paisaje fluvial con molino", Per Wickenberg, 1839 (galería privada) 

domingo, 16 de febrero de 2025

Saborear dos cuadros más.

Siguiendo con el ejercicio de la semana anterior (si no leiste la entrada, te recomiendo que lo hagas ahora) nos toca hoy centrarnos en dos cuadros sin figuras protagonistas.




En Lluvia en la Rue Saint-Honoré, Pissarro nos muestra un día lluvioso en París con su característico uso de la luz y la atmósfera. No hay una narrativa explícita pero la pintura captura la sensación de estar en la calle, viendo la lluvia brillar en los adoquines, en el asfalto que es casi un espejo, en los reflejos de los elementos urbanos. Es un instante de quietud en medio de la vida urbana, que nos invita a disfrutar de la textura del agua y de la melancolía de la escena. Este tipo de savoring se acerca a la apreciación estética del entorno, el placer de participar en la contemplación de una de esas tardes que a veces nos cogen por sorpresa, sin paraguas a mano ni falta que hace. Una de esas tardes de lluvia fina que empapan lentamente, "orballando" que dicen los gallegos.



Por otro lado, Impresión, sol naciente de Monet es aún más etérea. Aquí, el disfrute se centra en la percepción pura: la luz del sol filtrándose en el cielo brumoso, los reflejos de los barcos en el agua, la calma de la escena portuaria. No se trata solo de lo que se ve, sino de lo que se siente al contemplarlo. 

Ambas pinturas nos recuerdan que el simple acto de mirar la lluvia o un amanecer puede ser suficiente para conectar con el presente y encontrar belleza en lo cotidiano. Los impresionistas nos enseñan una nueva forma de percibir el mundo: con más atención, sensibilidad y disfrute del instante. Es como si nos recordaran que la belleza está ahí, en lo efímero, en la luz que cambia, en los reflejos en el agua o en el sonido de la lluvia. Su arte es casi una invitación a practicar mindfulness antes de que el término existiera. Al detenernos frente a sus cuadros, nos obligan a mirar más allá de lo obvio, a notar los matices, las vibraciones del color, la sensación de movimiento o quietud. Es una manera de entrenar la mirada para apreciar el presente con más profundidad.

Este mes de febrero en que al pasear ya se percibe la anticipación de la primavera porque los almendros preparan su entrada en escena y los pájaros cantan con menos timidez es, de verdad, un momento perfecto para entrenar nuestra capacidad de ser felices. ¡Adelante!

domingo, 9 de febrero de 2025

Saborear (Savoring)

 El concepto de savoring en la psicología positiva (1) se refiere a la capacidad del ser humano para reconocer, apreciar y potenciar las experiencias positivas. Este enfoque implica una atención consciente y deliberada en los momentos placenteros con el objetivo de intensificar y prolongar las emociones positivas. Los profesores Bryant y Veroff identifican tres formas principales de savoring:

  • Anticipación: disfrutar de la expectativa de una experiencia positiva futura.
  • Saboreo del momento presente: estar plenamente consciente y comprometido con la experiencia.
  • Rememoración: revivir y apreciar experiencias positivas pasadas a través del recuerdo.

Estas prácticas están diseñadas para ayudar a las personas a gestionar y aumentar sus emociones positivas, contribuyendo así a un mayor bienestar psicológico.

Os propongo que, durante algunas semanas, entrenemos nuestra capacidad de "saborear"  a través de una obra de arte, un pasaje musical o un libro. Empezaré, cómo no, con los impresionistas. Creo que han sido los grandes maestros de la "captura del instante". Instantes que, como veremos, no son grandiosos ni trascendentales. Muestran calles lluviosas, pícnics, parques y jardines, teatros, baños, galerías comerciales. Placeres sencillos a los que todos tenemos acceso.


En Le Moulin de la Galette, Renoir retrata a la gente bailando, conversando y disfrutando de una tarde soleada en Montmartre. Más que un simple retrato de una reunión social la pintura transmite la sensación de estar ahí, sumergido en la calidez del momento. Es como si Renoir nos invitara a saborear esa escena con los personajes, a sentir el murmullo de la conversación y de la música. La gente se da la mano, se abraza. Nadie ríe a carcajadas. Renoir se detiene en el bienestar tranquilo de una tarde de verbena entre amigos.



Por otro lado, Mujer con parasol de Monet produce una sensación más íntima y contemplativa. El viento mueve el vestido y el césped, y todo sugiere la fugacidad del instante perfecto. Es un cuadro que evoca el disfrute silencioso de un paseo al aire libre, la conexión con la naturaleza y el goce de lo efímero, algo muy cercano a la práctica de estar plenamente presente en el aquí y ahora.

Ambas pinturas representan dos formas de savoring: la primera, más social y vibrante, disfrutando de la compañía y la alegría colectiva; la segunda, más introspectiva y sensorial. 

Ambas pinturas nos recuerdan que saborear la vida no requiere de grandes emociones. Aún mejor: que las grandes emociones pueden encontrarse en momentos cotidianos como el paseo por el campo o el encuentro entre amigos. 

¡Feliz semana!


1)Bryant, F. B., & Veroff, J. Savoring: A New Model of Positive Experience Psychology Press; N.º 1 edición (30 junio 2006)  Este libro ofrece un análisis detallado del concepto de savoring, sus diferentes formas y cómo se relaciona con otros constructos psicológicos como el afecto positivo, la inteligencia emocional, el flujo (flow) y la meditación. Puedes leer el comienzo aquí.Savoring, leer muestra

sábado, 1 de febrero de 2025

LA NOCHE QUE DESAPARECE

 

He conocido la obra de Djabril Boukhenaïssi (n. 1993 en Francia; vive y trabaja entre París y la región del Perche) a través de una entrevista en la revista Marie Claire del pasado mes de agosto. La revista aún la tengo, por lo mucho que me gustó el reportaje (1)

 

Djabril explora las representaciones de la noche y su simbolismo en la historia del arte occidental. Le preocupa nuestra actual incapacidad para percibir el cielo nocturno, las estrellas. "La noche ha desaparecido", se queja. "Desde el principio de la humanidad siempre hemos vivido con las estrellas. Por primera vez, algunas personas viven toda su vida sin ver ninguna.Y sin embargo, todas estas infraestructuras eléctricas tan sofisticadas son muy frágiles: si se apaga la luz, la oscuridad, las estrellas siguen ahí. No es la noche la que ha desaparecido, sino nuestra capacidad de verla. Por eso pinto estrellas apenas perceptibles en mis cuadros. Están hechas por la ausencia, como pequeños huecos. Hay que acercarse para verlas."

En mi opinión no solo hemos perdido la noche estrellada, sino que hay muchas otras realidades que siguen ahí, invisibles por distintas formas de contaminación: el ruido constante que nos impide escuchar el silencio, la saturación de información que nos hace perder de vista lo esencial, o incluso la manera en que nuestras rutinas nos desconectan de la naturaleza y del paso del tiempo. Todos recordamos la dura pero fascinante experiencia del confinamiento, el rumor del viento, los pájaros... Muchas personas hablaban del sonido de sus propios pasos en calles vacías, del eco de sus pensamientos sin el bullicio habitual. También se redescubrieron los cambios de luz al pasar las horas, los atardeceres sin el velo de la contaminación, el ritmo más pausado de la vida.

Otro aspecto fue el tiempo: sin la prisa de antes, algunos volvieron a notar el aroma del bizcocho recién horneado (harinas y levaduras se agotaban en los supermercados), la textura de los materiales en casa, la sensación del sol en la piel al asomarse a una ventana. Fue un momento extraño, pero nos permitió ver todo aquello que siempre estuvo ahí y que, en la rutina acelerada, pasaba desapercibido. 

La idea de pintar estrellas apenas perceptibles me parece muy valiosa porque nos obliga a detenernos, a acercarnos, a hacer un esfuerzo consciente para ver lo que está oculto.  A veces lo más importante no es lo que brilla con fuerza, sino lo que requiere atención y sensibilidad para ser descubierto. 

1) "Pintando la noche que desaparece", entrevista a Jabril Boukhenaissi en páginas 46 a 49, Marie Claire España, nº441, Agosto 2024

domingo, 26 de enero de 2025

Tú también puedes

 


Un barquito de papel se desliza sobre el agua en la portada de este pequeño volumen publicado en 2013 por la psicóloga Elena Rubio (1) Sólo la lectura atenta revela el significado de la imagen. El ser humano es un barquito a merced de las olas y es también el agua que mantiene el barco a flote, regulando su intensidad y recorrido. En el libro se expresa así: "somos como la hoja que cae del árbol a merced del viento, solo que ahora podemos ser también el viento" (2) 

Entre los numerosos ejercicios que se proponen para afrontar mejor los retos cotidianos, Elena Rubio nos habla del perdón. El lector ha de analizar con conciencia alguna relación complicada y molesta haciéndose las siguientes preguntas:

  • ¿Qué me ha dado esta persona?
  • ¿Qué le he dado yo a ella?
  • ¿Qué problemas y dificultades la he causado?

Entrar en la frecuencia del perdón, nos explica, no puede ser una gran ocasión para fortalecer nuestro ego (soy generosa, soy buena, no se lo merece pero aún así...) sino algo muy distinto. En estado de meditación, vamos a reconocer las cosas buenas que esa persona difícil nos ha dado en lugar de quedarnos atrapados en el daño. A menudo, este entrenamiento pone de relieve las cualidades de alguien que en algún momento se ocupó de nosotros, nos cuidó a su manera y nos dió amor. Ojo, nadie dice que tengamos que aceptarla en nuestra vida o soportar situaciones de abuso y maltrato. Es un ejercicio que se vuelve hacia nuestro mundo interior, donde los conflictos-fantasma siguen atormentándonos, aunque la persona ya no esté.
Al reconocer en los demás sus mejores cualidades modulamos la intensidad de nuestros estados emocionales más negativos, vivimos más tranquilos e inclinamos la balanza de la vida hacia su lado más luminoso. Es muy difícil, ya lo sé. Pero para mí es como tocar al piano una partitura nueva: error tras error, disonancia tras disonancia, un buen día la música está ahí, perfecta y virtuosa, y eres tú mismo el que la hace sonar. Buena suerte.

1) Previsualiza las primeras páginas de este libro Elena Rubio, Tú también puedes, Madrid, Edaf, 2013

2) Pag. 62 del libro citado.

sábado, 18 de enero de 2025

PSIQUIATRAS, PSICÓLOGOS Y OTROS ENFERMOS

 



En la plaza de mi pueblo hay un buzón inspirado en el fenómeno del bookcrossing. Los vecinos dejamos allí los libros que ya no nos interesan y cogemos otros que nos apetecen más. He descubierto así "Psiquiatras, psicólogos y otros enfermos", una novela que de otro modo nunca hubiera leído. Sin ser todo lo hilarante que promete la cuarta de cubierta, reconozco que me ha hecho pasar un buen rato y pensar en algunas actitudes que hacen de nuestra vida un innecesario sucederse de desengaños y enfados. 

Rodrigo, el protagonista, narra en primera persona un periodo de su vida en que sufre arrebatos de ira injustificados e intensos. Pide entonces ayuda a su cuñado Ernesto, que es psiquiatra. En la sala de espera de la consulta descubre que los cuadros que adornan las paredes no han sido enmarcados en la empresa de su mujer, Patricia:

"La etiqueta del enmarcador decía Marcos Corredor, es decir, la competencia de Pati, esa gran tienda que había tomado el mercado de la zona y que tantos quebraderos de cabeza le producía a mi mujer y sus socias (...) La ira, en forma de sudor, me resbalaba por la espalda, y estaba alcanzando unos niveles tan extremos que llegué a pensar si no se trataría todo de una provocación diseñada por Ernesto (...) Cuando estaba intentando colgar el cuadro de nuevo, se abrió la puerta de la sala y apareció la intrigante cara de Ernesto.

- Rodrigo -dijo-, ¿cómo estamos?

- Yo bien -dije, extendiendo la mano-, pero el cuadro estaba un poco torcido.

- Ah, no te preocupes. ¿Te gustan? Me los regaló una paciente. Fíjate, los trajo enmarcados y todo.

- Ya veo, ya veo -dije, sin apenas tener valor de enfrentarme con la propia miseria de mis pensamientos anteriores, ni con la cara sonriente de mi cuñado. " (1)

La escena no solo es graciosa por la incomodidad y los pensamientos exagerados de Rodrigo, sino que también sirve para explorar cómo nuestras percepciones pueden distorsionarse por emociones intensas y contextos personales.

La conexión entre la ira de Rodrigo y los cuadros es un gran ejemplo de cómo nuestras suposiciones negativas pueden generar y amplificar nuestro resentimiento y mal humor. A menudo, cuando estamos atrapados en ese tipo de pensamientos, interpretamos las acciones de otros como si estuvieran pensadas a propósito con la intención de dañarnos.

Reconocer esos momentos en que nuestros juicios son exagerados, egocéntricos o simplemente incorrectos es un primer paso hacia una comprensión más serena y equilibrada de las relaciones humanas. Cuando  llevados por juicios sesgados y mal informados llegamos a la conclusión de que "los demás" nos timan o  nos toman por tontos no sólo podemos equivocarnos sino que de seguro vamos a ser menos felices. Una revisión de esos "pensamientos miserables" nos puede hacer mucho bien ¿lo intentamos?

Un fuerte abrazo y hasta la semana que viene.



1) Rodrigo Muñoz Avia, pág. 48 de Psiquiatras, psicólogos y otros enfermos, Santillana, Punto de lectura, Madrid, 2005.

domingo, 12 de enero de 2025

LA UTOPÍA ESTÁ EN EL HORIZONTE


Siendo muy pequeña, durante un paseo por el campo, tuve la sensación de que la luna estaba al alcance de mi mano. Fue una experiencia asombrosa. Mi padre me advirtió que, por mucho que corriera, nunca podría atraparla, pero yo no le creía. Corrí y corrí, fascinada por aquella esfera luminosa y magnífica.

He recordado ese momento al leer una cita incluida en el calendario de 2025 que cuelga en mi habitación (1) Se trata de la famosa idea, erróneamente atribuida a Eduardo Galeano: "La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos, y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar" (2)

Esta metáfora conceptual es un ejemplo extraordinario de cómo los ideales pueden cobrar sentido en nuestra vida. Va más allá de lo literal, convirtiendo algo abstracto (la utopía) en una experiencia tangible (el acto de caminar hacia un horizonte). La enseñanza es clara: aunque nuestros objetivos ideales puedan parecer inalcanzables, su verdadero valor reside en el impulso que generan para avanzar. Es en el esfuerzo continuo donde encontramos nuestra riqueza y crecimiento.

Si aprendemos a ver cada desafío como una oportunidad para progresar, y recordamos que lo esencial no es llegar a un destino final, sino disfrutar y aprender en cada paso, nuestros sueños y aspiraciones seguirán siendo una fuente inagotable de motivación.

¡Feliz 2025 y feliz camino!



1) Calendario solidario 2025, RED SOS REFUGIADOS EUROPA, mes de Noviembre.Más información

2) ESTA FRASE SE ATRIBUYE ERRÓNAMENTE A EDUARDO GALEANO, PERO ES DEL CINEASTA FERNANDO BIRRI, COMO EL PROPIO EDUARDO EXPLICÓ EN ESTA ENTREVISTA lA UTOPÍA ESTÁ EN EL HORIZONTE